Escrito por Esther Quezada, de Ensenada, Baja California, México quién está sirviendo como misionera voluntaria en Jóvenes en Misión
Estoy participando en el proyecto de Jóvenes en Misión y estoy muy feliz. Soy muy feliz de participar en asuntos que ayudan al crecimiento del reino de Dios. Sin embargo, creo que me estoy ayudando a crecer mi “yo”… perdón, a menguar mi “yo”. Todo esto gracias a Dios; sin Él no podríamos hacer nada.
Ha sido un tiempo maravilloso estar conviviendo con personas de diferentes estados y países. La verdad he aprendido mucho en estas dos semanas de convivencia, Dios me ha dado la oportunidad de poner en práctica los frutos del espíritu, sobre todo la paciencia =). Quizás es más fácil llevar a cabo el ministerio a mi manera, pero vale la pena formar un equipo con gente de diferentes culturas y con varias personalidades. Me gustan mucho las diferencias que tenemos, hasta las cosas básicas como la comida y los horarios para comer. Todo es emocionante.
Y ya que hablamos de comida y diferencias me vino a la mente la ensalada de frutas. Creo que somos una ensalada de frutas, porque a pesar de nuestras diferencias podemos formar algo rico, algo que nutre, alimenta y es apetitoso para la gente, desde luego, hablando espiritualmente. Ahora, no quiero que piensen, “¿Por qué está ella hablando de comida? ¡Estamos pasando hambres y ella es muy comilona!”
Doy gracias a Dios por permitirme estar viviendo esta experiencia, sobre todo por mostrarme lo mucho que tiene para mi vida, lo mucho que me falta por crecer y todo lo que llevo recorrido.
Me encanto el encabezado de tu testimonio.
hija, doy gracias a Dios por segir moldeandote,
y formar parte de esa ensalada de futas que tu,
y tus compañeros hacen para darle sabor a mucha
gente y !niños sobre todo! que necesitan disfrutar
y conocer esas frutas que le estan dando sabor
a las misines! Dios los bendiga a todos!
te ama tu madre, que siempre te pone en las
manos del Señor para ser usada.