La puerta a la esperanza

Por la puertaLa puerta a la esperanza

Josué Aceituno Ramos

«Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”. (Apocalipsis 3: 8)

En nuestros días es muy común frustrarse por las pocas oportunidades laborales, las cuales nos dejan desanimados y tristes, dando a nuestro corazón intranquilidad.

Cuenta una historia acerca de un joven vendedor de autos que luego de su primer mes en la empresa no logró vender nada; así que el gerente de ventas le dijo que el sería el próximo en ser despedido.  Este joven llegó desanimado a casa y, luego de acostarse triste, recordó que su madre le había dicho que cuando tuviera problemas la solución estaría en la palabra de Dios.

Él decidió ir a su Biblia y al abrirla encontró directamente este pasaje: «Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”(Apocalipsis 3:8).  Cuando él se dio cuenta del mensaje de este pasaje, al siguiente día se levantó muy temprano, se puso el mejor traje y corbata, y con una mente impulsada a lo positivo por la palabra de Dios, se fue a trabajar.  Ese mes logró la mejor venta de la automotriz en muchos años.

Cuando en nuestra vista natural las puertas estén cerradas, recuerda mirar con los ojos del alma, los ojos de Dios, los ojos del Espíritu Santo, porque él nos mostrará las puertas abiertas a través de la palabra de Dios. Bien dice el salmista:

“Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque el sacará mis pies de la red”  (Salmo 25:15).

Un comentario sobre “La puerta a la esperanza

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  1. Espectacular… muy bien presentada, práctica, clara y con un lenguaje amable. Gloria a DIOS y Nuestro Señor Jesús… La Palabra viva, el Verbo de DIOS.

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