Un Llamado No Tan Atractivo

Cuando hablamos de un llamado, muchas veces pensamos en algo glorioso, algo que ocurre en las montañas metafóricas de la vida y el ministerio. Pero no es así para muchos. John Ortberg, editor de la Revista Leadership (Liderazgo) y un Pastor en Menlo Park, California dice, “Un llamado es muy diferente que una búsqueda de satisfacción. Un llamado, aunque lo hacemos más atractivo, no es glamoroso. Es una respuesta a una citación. Es un tipo de rendición. Es una disposición a morir al pasado y moverse al futuro.” C.S. Lewis escribió, «Seguir la vocación no significa alegría, pero una vez que lo haya escuchado, no hay alegría para los que no lo sigan.”

Lucho con esto porque el llamado de Dios ha sido la cosa más maravillosa de mi vida. No hay lugar más satisfactorio que el centro de la voluntad de Dios. No obstante, a la vez entiendo lo que Ortberg y Lewis dicen. El llamado es un llamado a la cruz. El llamado nos va a traer dolores. El llamado nos lleva a lugares donde no entendemos el cómo ni el por qué. El llamado no significa alegría intrínsecamente, aunque muchas veces una felicidad genuina seguirá como resultado.

“Jesús le dijo, ‘Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto os digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.’ Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: ‘Sígueme’” (Juan 21:17-19).

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