Muchas Veces Obreros Hay

Como van a ver, la entrada de ayer y las siguientes dos tratan del
mismo tema, la falta de obreros y nuestra respuesta como lo presenta
Jesús en Mateo 9:35-38.

Muchas veces nuestra tendencia es enfocarnos en lo que no hay en
lugar de lo que existe.  Jesús parece abrumado cuando proclama estos
famosos versículos, pero inmediatamente después él empieza a trabajar.
Él llama a sus doce discípulos y les da autoridad para ministrar (10:1-4).
Los obreros son pocos y necesitamos miles de miles para cumplir la Gran
Comisión, pero a la vez, ¿qué (o quiénes) tenemos a nuestro alcance?
Utilizando a doce, Jesús cambió el mundo.  Si cada uno de los doce
capacita a doce más que capacitan a doce más cada uno, ya estamos
viendo un movimiento de multiplicación.

Josúe Barrera es un gran amigo que pastorea cerca de la capital de
Guatemala.  Llevamos a cabo una Máxima Misión en su comunidad con
su iglesia.  Muchos líderes dirían que Josué tenía mala suerte y pocos
recursos humanos y financieros; sólo tenía 15 niños, 10 jóvenes, y 5
adultos asistiendo a su congregación cuando llegamos.  Pero Josué les
puso a los niños como payasos en la Escuela Bíblica y cada joven estaba
encargado de alguna parte importante de los proyectos.  Vimos en una
semana más de 500 personas que aceptaron al Señor y vimos a mucha
gente movilizada para la obra.  Ahora Josué a veces tiene más de 200
personas en el culto dominical.

Para Josué la plenitud de juventud en su iglesia no fue un problema sino
un desafío y de hecho una bendición.  ¡Cuánta energía había en esa iglesia!
El éxito en el ministerio depende en gran manera de la forma de utilizar
lo que nos es dado (en lugar de quejarnos de lo que no hay).  Dios es el
dueño de todo y a veces quiere que nosotros, en lugar de esperar una
lluvia de dinero o personas talentosas del cielo, utilicemos y capacitemos a
los que él ya nos ha provisto.  Oremos por obreros (Jesús nos lo pidió, por
supuesto), pero también seamos la respuesta y ayudemos que otros la
sean también.

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