Acabo de regresar de un retiro misionero donde todos los misioneros (y nuestras familias) de la Región MAC nos reunimos para relajarnos, alabar, orar unos por otros y escuchar la palabra de Dios juntos. Estuvimos en el hermoso país de El Salvador en un hotel cerca de la playa y fue un tiempo maravilloso que no vamos a olvidar pronto.
La renovación física fue esencial y también la renovación familiar. Yo había viajado mucho en marzo y abril y de hecho había pasado más tiempo lejos de la familia que en casa. Cuesta, hermanos; el cuerpo y la familia necesitan rejuvenecerse. Todavía regresamos cansadísimos del retiro (no sé como pueda suceder eso), pero el tiempo de cantidad y calidad con los niños y con Emily fue precioso.
Aparte de esto, la cosa más valiosa del fin de semana fue el aspecto relacional. ¡Quizás no pueden creerlo pero como misioneros a veces nunca nos divertimos juntos! Claro, cuando estamos juntos, nos reímos y disfrutamos la compañía de todos, pero usualmente nos toca relacionarnos en el contexto de ministerio o de trabajo. Cuando estamos viajando tanto, anhelamos regresar y estar ¿con quiénes? ¡Con nuestra familia por supuesto! Esta realidad fomenta un ambiente de compañerismo pero no de intimidad, aunque casi todos la deseamos.
En este retiro, tuvimos el privilegio de comer juntos con otros misioneros sirviendo en Costa Rica, Nicaragua, México, etc. ¡Además pudimos por fin jugar con los mismos misioneros que viven en nuestra misma ciudad! Es vergonzoso admitirlo, pero no lo hacemos mucho lastimosamente.
Después de este fin de semana conozco mejor a mis compañeros de ministerio. Aprecio más su pasión por la obra y su sacrificio. ¡También conozco y amo a sus familias preciosas! Ahora sé como orar mejor por ellos y confío que ellos lo van a hacer por mí.
En el ministerio muchas veces trabajamos tanto que nos olvidamos disfrutar las amistades con los demás. ¿Cómo te ha hablado esta entrada hoy? ¿Con cuál «co-ministro» debes dedicar tiempo esta semana? ¿A quién debes ofrecer una palabra de ánimo hoy?
Transforma el Mundo 
Claro que si pueden relajarse, pues si no son de palo o de piedra, se cansan no ven a sus familias muchas veces por muchos dias. Gracias a Dios por nuestras autoridades porq tienen la vision de unir mas a los siervos de Dios con sus familias.
Qué bendición tan grande! Disfrutar de los compañeros de ministerio, también como amigos, es algo que siempre nos renueva profundamente.
Después de pasar un día, sirviendo juntas en el COM en Juchitán, Gabi -mi hermana, compañera de ministerio, amiga- y yo volvimos a vernos por 2 o 3 días más en Tuxtla. Como siempre, tuvimos un gran tiempo juntas, pero esta vez, una charla muy especial… Nos sentimos tan agradecidas con Dios y privilegiadas en que nos permita ser mutuamente edificadas al disfrutar juntas no sólo el ministerio, sino también la vida diaria -al menos por 3 días-
Ella tenía un presente para mí, con 3 frases… ambas nos sorprendimos de la manera tan precisa en que describe nuestra amistad; lo comparto con ustedes:
«La Amistad es dos almas que se rozan aún viajando por distintas ciudades, compartiendo lo que encuentran pero sin intentar seguir los pasos el uno al otro;
La Amistad es dos árboles erguidos protegiéndose el uno al otro del viento, y dándose apoyo y valor en las tormentas de la vida;
Amistad es un cáliz lleno de amor derramándose, donde el dar es más importante que el recibir»
Gracias a Dios por Su promesa fiel de «Todo lo demás vendrá por añadidura»
claro que los misioneros tienen la oportunidd de divertirse, y de alguna manera distraerse por el arduo trabajo que se ha tenido. el deber y la pasion al ministerio atrapa, que se olvida que tenien un tiempo libre para convivir con la familia.
Dios los Bendiga misioneros del Gran Rey ¡¡¡¡¡¡