Soy yo, Emily, escribiendo otra vez…
Para los que están uniéndose a nosotros por primera vez, empezamos ayer con el tema de la mayordomía. Me di cuenta, que tal vez estoy usando una palabra (mayordomía) que realmente no sabemos lo que es. Para los que quieren una descripción de mayordomía, sencillamente, es manejar bien y con sabiduría las cosas que Dios nos ha dado. Hoy, vamos a ver la mayordomía de nuestro TIEMPO.
Leí un anuncio en el periódico la semana pasada de un hotel en El Salvador. Ellos anunciaron que puedo “gozar días de 31 horas” – por supuesto leí el anuncio para ver como puedo “comprar” 7 horas más en mi día por sólo US $9.99. Lastimosamente, estos días sólo ocurren en el hotel y no me afectan en la vida diaria.
Empecé a pensar en las 24 horas que tengo en mi día y que estoy haciendo con ellas. Mucho de mi tiempo es dedicado a mi familia y mi trabajo. Sin embargo, me di cuenta, que diariamente no siempre estoy manejando mi tiempo con sabiduría (¿recuerdas la definición sencilla de arriba?) Tengo tiempo en mi horario (aun que sea unos 30 minutos cada día) para pasar más tiempo en devocionales con Dios, para pasar más tiempo con mis niños, para discipular a alguien, para aprender a cocinar estilo guatemalteco (¡que rico!) – y ¿que hago con estos minutos preciosos? Generalmente, me siento para mirar el televisor o navegar en el Internet. El punto es que priorizamos lo que queremos priorizar. Si queremos tener tiempo para mirar el último partido de la Eurocopa – hacemos todo lo posible para verlo.
Yo quiero que las personas me vean como una persona con prioridades correctas de tiempo, siempre buscando tiempo para ser una persona, una esposa, una cristiana y una mejor madre. No quiero gastar mi tiempo en cosas temporales – quiero invertir mi tiempo en cosas celestiales. ¿Y que tal contigo? ¿Cómo estás pasando tu tiempo?
Deja un comentario