12:49am San José, Costa Rica (EJUMAC)
Hoy fue el día de servicio en las comunidades alrededor del seminario acá en Guadalupe, San José, Costa Rica. Los 450 jóvenes salimos para recoger basura, sembrar árboles, y evangelizar esta mañana y Dios nos usó. La verdad es que no fue algo tan agotador y ni llevó mucho tiempo. Pero algo importantísimo surgió de la actividad.
Esta fue la primera vez en muchos años y quizás en la historia que la Iglesia del Nazareno acá en Guadalupe había trabajado junto con la alcaldía y la municipalidad para llevar a cabo algo significativo en los vecindarios. No me refiero a hacer algo PARA la comunidad, nosotros dando y ellos recibiendo. Quiero resaltar que fue la primera vez que trabajamos juntos. Y aunque algunos de los jóvenes antes hemos invertido muchos más recursos, energía, y tiempo en realizar proyectos más grandes, al hablar con los encargados de la municipalidad, me di cuenta de que estaban super-felices. Habían querido ayudar a la comunidad por mucho tiempo pero no tenían la mano de obra para lograr todo lo que en pocas horas se hizo hoy. Agradecieron a Leila, la Pastora encargada, y a todos nosotros y aun dijeron que querían seguir fomentando una buena relación entre la Iglesia y el municipio.
¿Qué nos dice esto sobre nuestros ministerios?
Muchas veces ofrecemos a la comunidad lo que nosotros pensamos que ellos necesitan, SIN hablar directamente con ellos. Cuando suplimos una necesidad real en la vida de la gente, ellos van a responder.
Además a veces pensamos que la gente inconversa y/o las autoridades siempre nos van a oponer, rechazar, o menospreciar. Sin embargo, Jesús dice, «Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega» (Lucas 4:35). Algunos van a reaccionarse con enojo, apatía, o burlas cuando les compartimos las buenas nuevas. Pero no todos–ni la mayoría. Al contrario a veces ellos se van a unir a nosotros porque les encanta la actitud y el amor con lo cual servimos.
Tal vez la mujer samaritana fue un desperdicio o una amenaza de una cultura rival a los discípulos, pero en los ojos de Jesús ella representaba los campos blancos. Y fue ella que terminó siendo la mejor evangelista que la comunidad había visto; fue ella quién colaboró con Jesús en la cosecha…
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