El Jogo Bonito

Baile, fiesta, color, calor, playas, sonrisas, alegría y mucho ritmo son el rostro de Brasil, un rostro cuya mejor sonrisa es la samba. Brasil es el eterno candidato a ser campeón, el que más veces lo ha sido (5, por eso el famoso “pentacampeón”), el que tiene un plantel de lujo y, entre ellos, al hombre más goleador en la historia de los mundiales (Ronaldo). Brasil es el país donde todos los niños (y las niñas) nacen sabiendo jugar futbol, donde la tradición de las favelas es organizar torneos todo el año, todos los años; donde un balón es pateado todos los días, todo el día.

Sin embargo, Brasil tiene rostros que no conocemos. Especialmente tiene uno que no vemos de manera directa: el de la pobreza. A pesar de tener ciudades que están en constante desarrollo y modernidad, también existen en el país amazónico los barrios más pobres que podamos imaginar: las famosas favelas. Asentamientos humanos empobrecidos, amedrentados por el hambre, amenazados por la inseguridad, rodeados por la muerte, entristecidos por la emigración, y desesperanzados por el mundo en que les ha tocado vivir.

A pesar de la marcada diferencia entre la riqueza de los conurbados y la pobreza de las favelas, Brasil está siendo punta de lanza en el mundo: tiene uno de los mayores crecimientos económicos de América Latina (tanto que se ha convertido en una potencia económica), ha construido uno de los sistemas democráticos más sólidos y confiables del mundo, está a la vanguardia en sus organizaciones y empresas y, deportivamente, es el país que estará en boga después del mundial: organizarán la Copa Mundial de la FIFA 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.

Sí, en muchos sentidos Brasil está siendo un ejemplo de país para todas las naciones del mundo.  Y lo interesante es que, aunque católico en su mayoría, Brasil posee un emergente y exitoso movimiento protestante. De hecho, importantes figuras futbolísticas, como Kaká, Cafú, Taffarel y otros, han declarado públicamente su fe en Cristo, su pertenencia a Él y han servido de inspiración para que muchos jóvenes vengan a Jesús.

Nuestra iglesia está presente y con fuerza en Brasil. Tenemos más de 100,000 hermanos nazarenos en aquella pintoresca nación. Oremos por ella, por los hermanos que la integran, por las iglesias que están allí, y por los ministerios de compasión que se están realizando.

Especialmente oremos por:

–       Dr. L. Aguiar Valvassoura, Director de la Sub-Región Brasil, de la Región SAM

–       Por los directores de las áreas de la Iglesia del Nazareno en Brasil.

Para más información, puedes consultar: http://www.samnaz.org/a_brasil.asp

Josué Villatoro, Corresponsal Oficial de MMMAC en Sudáfrica

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