Gracias, Dios, por nuestras familias

Gracias, Dios, por nuestras familias

Escrito por Jerry D. Porter

En 1975, el Sr. Faye Stowe invitó a mi joven esposa a desayunar. “Toni, la iglesia demandará mucho de tu esposo.  ¡Insiste en la cita romántica semanal con él!»  Desde entonces protegimos nuestra “cita”.

“Esposos, amen a sus esposas, como Jesús amó a la iglesia…” (Efesios 5:25). El hogar cristiano está fundamentado sobre el amor de Cristo a través de un esposo y una esposa.

familiaEn una placa de nuestra casa misionera se lee, “el mejor regalo que un hombre da a sus hijos es el amor por su madre.” Un día mi esposa y yo estábamos argumentando. Nuestra hijita, Amy Jo, nos interrumpió, “¡Papi, toma Mami y salgan!” Ella nos preguntaba de nuestra cita semanal.

Tiempo después, en la boda de nuestro hijo, Bill exclamó: “Papá, es increíble, ¡eres el superintendente general de toda la iglesia mundial, pero eres un superintendente promedio.»  Luego sacó una dona en una pieza de papel. “Esto representa la Iglesia del Nazareno.  El centro de la Iglesia es la FAMILIA. La gente de la dona te aman y se entusiasman cuando vas a sus iglesias. De cualquier modo cuando te retires o mueras, la gente se emocionará por el nuevo superintendente general. Si te dedicas exclusivamente a la dona y no inviertes en su núcleo, serás un solitario anciano por tu propia elección”.

¡Fui profundamente conmovido por la petición de mis hijos! Toni y yo disfrutamos viviendo a diez casas de Bill y su preciosa familia.  “Padres no exasperen a sus hijos; en lugar de eso, amonéstenlos en la instrucción del Señor” (Efesios 6:4). Mi hijo se convirtió en mi mentor.

Soy llamado a amar a mi esposa como Cristo amó a la iglesia y también a cariñosamente invertir en la vida de mis hijos y nietos. Si lo hacemos bien, todo en la iglesia y la sociedad irá bien. Si lo hacemos mal, entonces no habrá ministerio eclesiástico o agencia gubernamental que nos pueda rescatar. Gracias, Dios, por nuestras familias.

Un comentario sobre “Gracias, Dios, por nuestras familias

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  1. Buena lección para quienes estamos afanosos y, a veces, sólo a veces, descuidamos la familia que Dios nos dio. Alguien dijo por ahí: «todos somos necesarios, mas no indispensables».

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