La santidad de corazón no está limitada a una sola dimensión. De hecho, la experiencia de una completa sumisión a Cristo en una entera santificación es multidimensional, en 3D para decirlo de algún modo. En un sentido, se asemeja a la locura moderna de agregar una experiencia multidimensional de los medios de comunicación en la vida diaria. Se han diseñado lentes 3D para los que tienen televisores 3D, incluso hay impresoras de computadores que imprimen en tres dimensiones.
Los creyentes en búsqueda de un corazón puro se consuelan en saber que su pasado ha sido cubierto por medio de la expiación hecha por la sangre de Cristo. Se deleitan al cantar: “Mi tan grande iniquidad hasta la última ha sido borrada, todos mis pecados cubiertos por la sangre”. Ellos tienen testimonio de que la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, los limpia de todo pecado.
Dejando atrás el pasado, el presente nos muestra nuevos retos. Con pureza de corazón y plenitud de amor, tenemos que vivir en un mundo de impureza y divisiones. Y en muchas ocasiones que la batalla en el corazón entre lo que queremos y seguir a Cristo. Agradecidos, porque Dios no nos dio soluciones solamente para nuestro pasado. Nos ofrece santidad para el presente por venir. Él dice que si caminamos en el Espíritu no nos llenará la lujuria carnal. El Santo Espíritu que levantó a Jesucristo de los muertos nos empodera para vivir una vida de santidad en el tiempo presente.
Pero aun otra dimensión capta nuestra atención: la santidad futura. La Santidad no es más que la tapa cerrada de un ataúd. Esto apenas ha comenzado. Pablo dice que la obra que Jesús inició en nosotros él la culminará en el día de Cristo. El pueblo santo vivirá por siempre en el santo cielo. Cada lugar será santo. Cada canción será santa. Cada pensamiento será santo. ¿Pero por qué? Porque los cielos son la morada de Dios. Él brilla con la santidad de su carácter. La santidad que experimentaremos no dependerá de lentes de visión 3D. ¡Veras al Rey tal cual es!
Dr. Stan Toler
Superintendente General jubilado
Iglesia Del Nazareno
*Traducido por Randy Ernesto Bathermy

Deja un comentario