Normalmente cada tarde nuestros niños, Elías y Sydney, toman sus siestas. A veces duermen mucho, a veces nada. Hace algunos días, nos dimos cuenta que Sydney estaba durmiendo mucho tiempo en nuestra habitación (o por lo menos es lo que pensamos). Después de una hora y media, la puerta se abrió y una voz angelical decía, “¿Mamá?”
Casi no pusimos mucha atención hasta que Sydney salió para mostrarnos su obra de arte. El lienzo fue su cara y la pintura fue el maquillaje de su madre. Estuvimos en conflicto. Queríamos reír y tomar una foto, pero no queríamos animarla lo hiciera otra vez. Salimos corriendo para el baño donde rímel, pintura de labios, y sombra de ojos estaban tirados en los lavamanos y en el piso. ¡Hasta su muñequita, Dora la Exploradora, se había pintado! Ahh, qué gozo tener niños 🙂.
Toda la experiencia me hizo reflexionar. Esta niña de tres años había visto que su mamá se maquillaba muchas mañanas. Y quería ser como ella (no es mala idea; su mamá es la mujer más bella del mundo). Sydney estaba imitando a su heroína, a su mamá.
La palabra “cristiano” viene de personas que se portaron como Cristo. Fue una palabra despectiva que la gente usaba para hablar de los “mini-Cristos.” Muchas veces hoy día imitamos a los cantantes y la moda de los actores, ¿pero imitamos a nuestro Señor? Lo admiramos. Lo respetamos. ¿Pero haciendo lo que él hace, portándonos como él, siendo como él en todo? Es demasiado, ¿verdad? ¿Somos cristianos porque marcamos esa casilla en un formulario donde dice “religión”? ¿O somos cristianos porque cuando personas nos ven, ellos pueden ver de verdad Cristo en nosotros?
“Sed, pues, imitadores de Dios…” (Efesios 5:1).
Transforma el Mundo 
Use esta historia en mi sermón el domingo pasado. ¡Excelente ilustración!
Ya no nos saludamos ayer en la convención, pero fue un gusto verte allá. Saludos.
Que historia tan linda, Scott. ¡Puedo imaginarme sus reacciones cuando Sydney salio de su cuarto! Y creo que hablas de un punto muy importante y complicado. Hemos hablado de este punto en una clase de la escuela que estoy tomando se llama “La Justicia Social y la Religión”. Hablamos de la diferencia entre los cristianos culturales y los cristianos en cultura. Muchas veces gente dicen que son cristianos porque sus padres, abuelos y bisabuelos eran cristianos y se criaron cristianos, pero no llegan a ser dueños de sus creencias. Solamente son productos de su “cultura” cristiana. Entonces, hacen lo que aprenden que deben hacer, sin el corazón. Eso solo puede sostenerse por un tiempo limitado, hasta que terminan desilusionados porque son como las semillas que se cayeron en la tierra poca profunda y no tienen raíces para apoyarse durante una tormenta. Creo que para realmente poder imitar a Cristo, necesitamos entender porque creemos lo que creemos y necesitamos tener un sentido de ser dueño de nuestra creencia. Solo cuando entendemos porque creemos y lo que creemos, podremos imitarle a El. Es un trabajo que requiere el poder del Espíritu Santo.
Y aun cuando entendemos eso, no podremos imitarle sin fallarnos a veces, pero lo importante es que lo intentamos, que nuestra meta sea la perfección, aun si no lo podemos alcanzar. Dios nos enseña dependencia de El por los tiempos cuando fallamos y descubrimos que no podemos hacer nada bueno sin El. Creo que lo que el mundo necesita ver es el Espíritu Santo revelado por personas que están profundamente enamoradas de Jesús y abiertas para cualquier cosa que Dios quiere enseñarlas. Estos son mis pensamientos. :o)