Fe en La Noche Oscura

mano en la oscuridad

Edgar Corzo

«…El Señor dio, y el Señor quitó; sea el nombre del Señor bendito» Job 1.21

ALABAR EN MEDIO de la noche oscura. ¿Puede haber algo más retador que esto?

Todos pasamos por momentos difíciles, pero hay de dificultades a dificultades: hay situaciones en las que uno se siente ahogado, sin salida, atado, impotente. Hay ocasiones en que, ¡por si fuera poco todo lo anterior!, no notamos la presencia de Dios en el problema; es como si la gracia de Dios nos dejase por un momento, agregando un más nubes grises al cuadro ya de por sí funesto.

¿Es posible alabar a Dios en medio de un episodio tan frío como éste? Veamos o no a Dios en esos momentos, Él está con nosotros. Y Él no está tan interesado en nuestra comodidad en esta tierra, sino más bien en nuestro creciente carácter. Debemos saber con certeza que cada tribulación momentánea en esta vida es leve, pues está poniendo más peso de gloria en nuestro ser; esto, entendamos o no a Dios, viendo o no la luz al final del túnel, sintiendo o no Su presencia y Su mano en la tribulación.

Alabar en medio de la noche oscura es vencer a la oscuridad aún estando en ella; es oler el triunfo en medio de un ambiente de derrota; es, como dice un antiguo himno, hacer «que de las espinas nazcan rosas»; es un buen indicio de que la prueba está por superarse, si no es que ya lo está.

Alabar en medio de la noche oscura es de lo más cercano a la fe de aquellos personajes que nos relata el escritor de la Carta a los hebreos: «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve…» (Hebreos 11.1)

Oración: Dios mío, nunca permitas que mis ojos espirituales dejen de verte. Si mi corazón desfallece dentro de mí, socórreme y hazme ver tu Luz claramente otra vez.

Así como son necesarios el día y la noche en el devenir de la humanidad, así es necesario que momentos de oscuridad lleguen a nuestra vida, porque en ellos podemos confiar en que habrá siempre un amanecer.

oscuridad_tumba

2 respuestas a “Fe en La Noche Oscura

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  1. Muy cierto. Es fácil decir «Dios te amo!» cuando todo es bueno y las cosas resultan como lo planeas, pero, ¿podremos decir lo mismo cuando todo sea contrario?
    Los problemas pueden parecer difíciles, insuperables. Pero tenemos una esperanza. Dios es nuestra esperanza. La noche es más obscura antes de que amanezca, pero sabemos que en Dios, todas las cosas nos ayudan a bien.

    Recordemos las promesas de Dios, alabémosle también en la oscuridad!

  2. Muchas veces, la fe mengua en no creer que Dios es poderoso y tener la seguridad que él está actuando en medio de la tribulación.
    Él quiere tratar con nosotros y hacer crecer más cada día nuestra vida espiritual, llegar a ser como él. Así como Jesús tuvo muchas dificultades, él siempre fue obediente, siempre estuvo sumiso a la voluntad del Padre sin importar cuánto sufrimiento tenía que padecer. Nuestra meta es llegar a ser como Él y no dudemos que (la letra de un canto) Él siempre está cuando todo va mal, cuando esperanzas no hay, cuando vamos a la oración, nunca nos deja solos Jesús, él siempre está.
    Probablemente no entendamos ahora la situación que estamos pasando, pero él tiene todas las respuestas y él sabrá darnos la salida, la solución en el momento oportuno.
    La clave del éxito es una vida consagrada a Dios y enteramente santificada para su gloria.
    La carrera es larga, los obstáculos siempre van a estar, pero la Fe en Dios nunca debe perderse de nuestra convicción, en tener la plena seguridad que Dios obrará por nosotros, en nosotros y a través de nosotros una vez que nuestra dependencia sea total y absoluta en Dios.

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