Parte 3
¿Cuántos de ustedes están dispuestos a luchar con Dios empezando ahora para que Él pueda prepararte para el ministerio? A ver, es bueno asistir a la iglesia. Es bueno participar en las actividades de la iglesia. Es bueno escuchar mensajes poderosos. Es otra cosa ponerse en su rostro y decir, “Dios, no me gusta el lugar en el que estoy. No me gusta lo desagradable de este momento. No me gusta esta relación negativa y como me hace sentir. ¿Qué puedes hacer, Padre, con esto desagradable que siento, con esto dolor que siento? ¿Qué puedes hacer con esto que me causará a ser un cristiano con un impacto más grande?”
Tú puedes mover montañas si empiezas a pensar en algo infinitamente más interesante que tú mismo. Él quiere cambiarnos para que Él pueda cambiar el mundo. Él quiere regalarnos una cojera para recordarnos de su suficiencia. Él quiere moverse en nuestras vidas de una manera tan poderosa si sólo se lo permitimos.
Señor, que me liberes de mí mismo. Que me ayudes a tener una cojera, Dios Padre, una cojera que nunca me deje, una cojera que me cause a decir, “Desnudo vine del vientre de mi madre y desnudo regresaré. El Señor da y el Señor quita.” Antes de preocuparme sobre salir a tocar a las masas, ayúdame Padre, a luchar contigo, a levantarme con la cojera realizando que no soy paralizado pero puedo hacer todas las cosas por medio de Jesucristo quien me da fuerzas. Gracias Dios por enfrentarme. Gracias por luchar conmigo toda la noche.

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