Abajo la continuación de una historia que Donald Miller comparte en su libro Blue Like Jazz. La primera parte se encuentra en la entrada previa, el 19 de febrero, 2010.
«El Sr. Spencer nos preguntó a continuación, sobre otra área que puede causar problemas. Nos pidió que considéramos las relaciones. ¿Cuáles metáforas usamos cuando pensamos en las relaciones? “Valoramos a la gente,” yo grité. “Sí,” dijo él. Y escribió en el pizarrón. “Invertimos en la gente,” otra persona agregó. Y pronto estábamos escuchando suficientes metáforas económicas. “Las relaciones podrían quebrarse,” dijimos. “Las personas no tienen precio.” Todas metáforas económicas. Yo estaba sorprendido.
Y fue entonces cuando me golpeó tanto como si la epifanía se estuviera desalojando de mis arterias. El problema con la cultura cristiana es que pensamos en el amor como una mercancía. Lo usamos como el dinero. El profesor Spencer estaba en lo correcto, y no sólo en lo correcto. Sentí como si a través de él me hubiera sanado, como si a través de él me hubiera dejado fuera de mi jaula. Podía ver claramente. Si alguien estaba haciendo algo por nosotros, ofreciéndonos algo, regalos, tiempo, popularidad y lo que quieras, sentimos que tienen valor, sentimos que nos valoran y así tal vez, les hacemos sentir valiosos. Lo vi tan claro y podía sentirlo en las páginas de mi vida. Esas fueron las cosas que olían mal todo ese año. Usaba el amor como el dinero. La iglesia usaba el amor como el dinero. Con amor, hemos retenido afirmación de la gente que no está de acuerdo con nosotros, pero hemos financiado abundantemente a quienes lo han hecho.
He reemplazado metáforas económicas, en mi mente, con algo diferente, una metáfora de un regalo gratis o de un imán. Es decir, en lugar de retener amor para cambiar a alguien, lo vierto en ellos generosamente.
Espero que ese amor pueda trabajar como un imán, sacando a la gente del lodo a la sanidad. Sé que eso es la manera en que Dios me amó. Dios nunca retuvo su amor para enseñarme una lección” (218-220).
Es cierto que comparamos al amor con el dinero… incluso en muchas ocasiones lo hacemos o lo vemos como negocio, amamos si nos aman y si no simplemente decimos que «es indiferente»… en lo personal me ha costado trabajo amar a algunas personas con quienes he tenido diferencias pero lo importante de cada leccion aprendida no es que tanto aprendes, si no que tanto lo practicas y Dios me ha ayudado a hacerlo, y me esta enseñando a amar a quienes es mas dificil por varias circunstancias… Amar como Cristo no es amar buscando nisikiera la reciprocidad, es solo amar… Una joven que vivio la muerte de su familia tuvo que aprender a amar al general nazi que los mato en la segunda guerra mundial, cuando llego el momento de enfrentarse a el y darle la mano que el le estrechaba con arrepentiemiento de sus actos, pero aun sin reconocer que habia matado a la familia de esa joven… ella dentro de si luchaba con los recuerdos y las imagenes y con el conocimiento de ke debia perdonarlo y amarlo como Cristo la amo a ella… solo pidio «Señor, yo dare mi mano, tu pon el sentimiento…» y asi fue… ella explica que en manos de Dios fue mas sencillo el perdon y el amor… Ese es el amor, el que Cristo puso en nosotros