
*Este testimonio fue escrito por Ross Quick, misionero voluntario en México con Jóvenes en Misión durante junio y julio de este año.
Este verano yo tuve la oportunidad de viajar con Jóvenes en Misión a México y compartir el mensaje de salvación con la gente. Viajamos a muchos estados del Sur de México – Chiapas, Oaxaca, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, entre ellos. Yo sé que todos nosotros fuimos muy bendecidos por poder conocer a la gente y servir a Dios.
Cuando estábamos en Pochutla, Oaxaca, realizamos Proyecto Pablo y Máxima Misión. Estaba muy emocionado de compartir la historia de Jesucristo y ser un ejemplo del amor de Dios para las personas en Pochutla. Pero en los primeros días, la gente que encontramos no querían escucharnos. Solo pudimos orar por ellos y nada más.
Un día mi grupo y yo andábamos muy desanimados porque nadie quería escucharnos. Entonces decidimos cambiar nuestro plan. Decidimos trabajar con los niños cada tarde en escuelitas bíblicas vacacionales. Sin embargo, yo estaba muy nervioso porque me cuesta trabajar con niños. A veces no les entiendo y me siento que no poseo el conocimiento necesario para trabajar con ellos. Pero sabía que Dios me había traído por alguna razón. Así que dije a Dios, “Intentaré trabajar con los niños con todas mis fuerzas, y trabajaré fielmente porque yo sé que eso es lo que tú quieres de mí.”
Entonces mi equipo y yo trabajamos cada día por dos semanas con los niños. Y un día tuvimos la oportunidad para conocer a la familia de algunos de los niños. Al principio fue lo mismo – no querían escucharnos y solo logramos orar por ellos. Otra vez salimos desanimados. No obstante días después en el culto de clausura en la comunidad vi que muchos niños y sus familias habían llegado para escucharle al pastor y para conocer a Dios. Y en ese momento me dije, “¿Cuán arrogante soy yo? No depende de mí; todo es trabajo de Dios. A veces no podré ver los resultados porque no es mi trabajo.” Me empecé a dar cuenta que en cada situación solo necesito ser fiel a Dios, sirviéndole a él y él será fiel a nosotros.
¡Gracias a Dios!
que hermosas palabras y ciertas el decir que no depende de uno si no de Dios… que el es el que obra