«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad» (Jn. 1:14).
«Porque un niño nos es nacido,
hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro;
y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno,
Príncipe de Paz» (Is. 9:6).
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