*Proyecto Pablo es un movimiento de plantación de iglesias y entrenamiento de misioneros que inició hace siete años en el Sur de México. Ahora el ministerio se ha esparcido a otros países y culturas, pero en estas semanas estamos escuchando varios testimonios de los participantes del Proyecto Pablo recién llevado a cabo en el Distrito Golfo de México. Esta entrada es un testimonio de Estrella Pérez Malerva.
“… ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que le tomes en cuenta?” (Hebreos 2:7 NVI)
Hay tres situaciones que me impactaron de una manera muy especial y que Dios me fue fortaleciendo y hablando.
Primero lo hizo mediante un niño. Yo lo veía en el templo y pensaba que era un niño que ya pertenecía a la iglesia local. Pero me enteré que ese niño apenas se había acercado al templo y que a su mamá no le agradaba que sus hijos se acercaran a la iglesia. Decidimos visitar el hogar del niño, lo cual permitió que la mamá dejara que el niño continuara asistiendo a la iglesia. ¡Y en unos pocos días su mamá y sus hermanos aceptaron a Cristo y ahora lo busca con mucho fervor!
La segunda situación se presentó durante el discipulado. Fue difícil para mí compartir de la palabra de Dios sin recibir respuesta alguna de parte de las personas que discipulamos.
El último día que estuve discipulando, una persona me expresó el agradecimiento por hablarle de Dios y se quebrantó en llanto junto con su hijo de 8 años. Ella mencionó que el niño estaba enfermo, pero mostró también la confianza que tenía en Dios. Me di cuenta que era importante notar los cambios del corazón y no las respuestas que me dieran al compartir el discipulado.
La tercera se presentó con una familia que pidió que oráramos por ellos porque tenían un gran deseo de tener un hijo. La señora era estéril. Lo que me sorprendió es ver la gran fe que tienen en Dios y que están seguros que haría ese milagro porque no dudan en su gran poder.
Este tiempo no solo fue de servicio si no que Dios permitió que hubiera unidad en el equipo de trabajo. Una noche uno de mis hermanos propuso que todas las noches se oraran por peticiones que las personas recién convertidas tenían y también por nuestras peticiones. Esto fue de gran bendición – tener un momento especial de oración juntos y a partir de esto muchas personas empezaron a mostrar transformación en sus vidas.
No sé cómo expresar este cambio en mí, solo estoy segura que estoy aprendiendo a dejar toda mi vida a Dios, aún a mi familia. Dios me está retando a serle fiel y yo quiero seguir en comunión con él, tener una cercanía tanto como aquellas mujeres fieles y confiadas en Dios.
“Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios” (Hechos 14:3).
Estrella Pérez Malerva
Transforma el Mundo 
Saludos Estrellita, Solo Dios por medio de Jesucristo pudo hacer tal obra en tu vida, Bendiciones.
Estrellita 🙂 ¡Hechos ;)!
Me da un inmenso gusto leer esto…y ver lo que Dios está haciendo en tu vida.