Like Mike

Hace quince años salió un anuncio famoso en los EEUU de Gatorade (verlo acá: Like Mike anuncio). Mostraba al mejor jugador de básquetbol en el mundo, Michael Jordan, jugando y venciendo a sus rivales con facilidad. Después le mostraba tomando una botella de Gatorade refrescante. El anuncio terminó diciendo, “Sé como Mike. Toma Gatorade.”

No llegamos a ser como Mike si tomamos mucho Gatorade; requiere mucha práctica, sudor, y lágrimas. Pero, ¿cómo imitamos a alguien? Observamos y hacemos. Él o ella está haciendo algo; ahora yo lo hago también. Sencillo. Podemos observar lo que Cristo hacía y lo que es en los evangelios. Pero hay un gran abismo muchas veces entre saber lo que Cristo hace y es y hacer lo que él hace y ser como él. Mucho más fácil predicar sobre su carácter y sus hábitos y exponer sobre sus acciones y actitudes que vivir como él.

A veces necesitamos ayuda. Claro, no podemos hacer nada sin la llenura del Espíritu Santo. Pero esta vez me refiero a alguien de carne y hueso que podemos ver y tocar ahora mismo. Por eso, creo que Pablo decía varias veces a los primeros cristianos, “¡Mírenme a mi! Si están imitándome a mí, van a estar bien porque yo soy como Cristo” (vean 1 Cor. 4:16; 11:1; y Fil. 3:17). ¡Wow! Esto es un poco egoísta, ¿verdad?

Muchas veces aparecemos muy humildes, diciendo, “No, no me mires. Sólo a Cristo, sólo a él.” Y es cierto. Si fijamos la mirada en otros a veces estaremos decepcionados. Todos fallamos, pero Cristo nunca falla. No obstante, Pablo no tenía ninguna inconveniencia en decir algo tan comprometedor.

¿Podremos tener esta misma audacia? ¿Vivimos vidas de santidad e integridad para que otros nos puedan ver, seguir, y así llegar a ser (¡por nuestro ejemplo!) como Cristo?

“Hazme, oh Cristo como Tú eres,

Mi ser inunda con tu poder.

Ven en tu gloria, Padre bendito,

Tu semejanza quiero tener.”

–Himno #401 del himnario Gracia y Devoción, “Salvador Mío, Como Tú Eres”