Un Hombre Escogido Para la Misión

Escrito por Liliana Radi, Coordinador de MNI para Sudamérica

Épocas después de iniciar la misión y prometer su cumplimiento a Adán y Eva, Dios escogió un hombre por medio de quien se la realizaría: Abram. Hasta el momento del llamado de Abram, Dios siempre había sido un esfuerzo universal—con toda la población humana. La creación del hombre era universal—todo ser humano era imagen de Dios. La comisión era para todos—fructificad y multiplicaos.

Tristemente la caída también era universal. El diluvio era una destrucción universal (Gen 7:21-23), para un nuevo día universal (8:20-9:1). La dispersión de Babel era la respuesta de Dios a una desobediencia universal (11:1-9). Sin embargo, después de todo este esfuerzo para ver un cambio en la disposición humana, el hombre todavía era universalmente malo. Entonces, Dios eligió un hombre particular por medio de quien cumpliría su misión universal–Abram. Dios le dijo:

“Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:1-3).

“Vete de tu tierra…a la tierra que te mostraré” realmente suena como llamado misionero. Pero más importante es que un hombre particular con una descendencia particular iba a traer la bendición de Dios a todas las familias de la tierra. Por Abram, Dios cumpliría su misión universal para las naciones. ¡Abram y su descendencia convertiría en la herramienta misionera de Dios para el mundo!

Por varias razones esta visión universal no se realizaría completamente hasta el libro de Hechos—cuando la misión de Dios explota en Jerusalén con la venida del Espíritu Santo. Pero la intención original de Dios en escoger a Abram para una obra misionera es evidente desde el momento de su elección: “serán benditas en ti todas las familias de la tierra.»

Dios te ha escogido a ti para el mismo propósito. Él no te ha perdonado y llenado con el Espíritu Santo únicamente para que disfrutes de una relación restaurada. La intención de Dios es que por medio del poder del Espíritu Santo realicemos su visión misionera para todo el mundo. La visión misionera de Dios para el mundo surgió en Génesis. ¿Ha surgido para ti?

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