He estado leyendo en estos días el libro «Visual Leadership: The Church Leader as ImageSmith» por Rob Weber. Las siguientes entradas tendrán que ver con lo que he aprendido de él sobre liderazgo y ministerio. Primero, me fascina lo que dice sobre las diferencias en los estilos de música predominantes durante el exilio entre varias generaciones. Espero que les llame la atención por que se aplica a nuestros días también:
Durante el exilio del pueblo de Israel, «la diferencia entre memoria y experiencia les llevó a una diversidad de estilo de música, de la letra, y de contenido. Habían algunos que recordaban cuando se reunían en el Templo y cantaban las grandes canciones antiguas como «Para Siempre es Su Misericordia» (acompañada por los hijos de Asaf y Coré tocando la trompeta, arpa, y címbalos).
Habían también músicos nuevos que empezaban a escribir de su experiencia, no en torno al Templo y los días antiguos de la misericordia del Dios Todopoderoso que era para siempre. Al contrario, escribían desde su experiencia de separación–su angustia–su dolor. Una canción quizás llegó al número uno de la lista de canciones con la generación nueva que anhelaba una experiencia más profunda con Dios. Me imagino que el enfoque de tal canción que salió durante el exilio, sin mencionar la naturaleza gráfica de la letra, parecía atrevida y preocupante a la gente que solía cantar «Para Siempre es Su Misericordia». Imagina a los padres de los jóvenes Israelitas hablando de sus hijos mientras que les escuchaban tocando su nueva música, y preocupándose por ellos mientras escuchaban estas palabras:
‘¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños? Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, cuando decían: ¡Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos!
Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste–¡Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña!’ (Salmo 137:4, 7-9).
Piensa en la situación en muchas de nuestras iglesias. Un choque surge entre gustos y estilos de música diferentes. Estos choques no tienen que ver mucho con quién tiene la razón o no, quién es fiel y quién no. Es un choque entre maneras diferentes de ver el mundo donde vivimos y el lugar del pueblo de Dios en ese mundo.»
Acerca de la música, debemos recordar que no toda la música, nos lleva a exaltar a Dios, mucha de esa música eleva nuestras emociones más que darle gloria a Dios.
El otro asunto es que al escribir, vale la pena hacerlo correctamente, ya que por la internet es leido por miles de personas y la ortografía es importante; es el caso de Mayde y Elizabeth… Con amor y respeto desde mi bella Guatemala. Carlos Parada pastor de la Iglesia Del Nazareno en Quetzaltenango.
Verdaderamente no todos tenemos el mismo sentir para con la música, Ademas la música es una de las formas para exaltar el nombre de Dios. Solamente que se debe de hacer pensando en Él y no dejarse yevar por las emociones. Todo lo que hagamos hay que hacerlo de corazon y no para el hombre sino para exaltar el nombre de Jehova.
Realmente el estilo musical no importa; lo uniko ke demos es poner atencion alo ke escuchamos si realmente tiene un mensaje para edificar nuestros espiritus, o solo escuchamos las canciones por ke nos gusta no,