El Líder Catalítico

Hoy día, se está usando continuamente en el mundo una palabra rara pero importante para describir a ciertos líderes: catalítico o catalizador. Esta palabra se usa comúnmente en química o biología (y si algunos lectores quieren agregar algo sobre esta realidad desde su experiencia o educación, ¡bienvenidos!).

La catálisis es el proceso a través del cual se incrementa la velocidad de una reacción química. Un catalizador es una sustancia que aumenta la velocidad de una reacción, impulsando que células u otras entidades se reproduzcan y se multipliquen más rápido.

Cuando hablamos de líderes catalíticos entonces, nos referimos a personas que se invierten en otros y que reproducen otros líderes que producen más líderes que siguen formando más líderes, etc.

¿Ves la importancia de esto en la vida de nuestra iglesia? ¿A qué has sido comisionado? A hacer Discípulos.

Seamos prácticos: cuando realizamos el programa del culto «en el templo» o nos encargamos de algún ministerio, ¿estamos solo haciendo un programa o con esa planificación estamos Haciendo Discípulos? Si estamos Haciendo Discípulos, no lo estamos planeando solos, y el paso siguiente es que esos Discípulos van a venir con ideas y esas ideas pueden ser como una tormenta negra que anuncia lluvia, tiene viento (peor que el Viento Sonda) y parecen un problema.

La Tormenta de Ideas Viene...
La Tormenta de Ideas Viene...

Pero, esa tormenta de ideas da oportunidades a otros, levantando un equipo de trabajo, formando líderes que formen otros líderes y la multiplicación continúa influenciando la historia. Todo esto te ayuda a crecer a ti como líder porque te templa y te perfecciona. No tengas miedo de perder el puesto, sino más bien busca tu reemplazo y capacítalo. Sé un líder catalítico, que levanta a otros.

En la próxima entrada hablaremos de algunos ejemplos de líderes catalíticos que han impactado el mundo por medio de su inversión (discipulando) en otros…

«Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno» (Marcos 4:8).

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑