Encargado del Programa…

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Ser líder cristiano implica organizar eventos en la iglesia, distrito, o a veces aún el mundo.  Me ha tocado administrar y liderar varios eventos en mi tiempo como pastor de jóvenes y misionero y, aunque debo admitir que todavía no estoy super-cómodo planificando los eventos enormes (como el Quinto Aniversario de Máxima Misión en diciembre 2007, por ejemplo), Dios y la experiencia me han ayudado bastante.  He aprendido mucho de mis errores, mis éxitos, y de otros líderes.

Uno de tales líderes es D’Wayne Leatherland, presidente y dueño de Leatherland Event Management Solutions.  Él ha sido clave en la planificación de eventos grandes por más de 15 años y fue un organizador para la Asamblea General en Orlando, Florida hace dos semanas.  Él ofrece acá sus «pistas» para hacer que tu evento o programa salga con éxito:

  1. Crear tareas manejables. Muchos proyectos parecen abrumadores cuando los miramos.  Evita el síndrome llamado «cómo-se-va-a-realizar-todo-esto» por achicar tu evento y la planificación en tareas más manejables.
  2. Reclutar a los ayudantes correctos. Para cada tarea, determina la combinación de talento, dones espirituales, y experiencia necesario.  Invita a tus ayudantes y asegúrate que no sólo estás buscando a aquellos que siempre lo hayan hecho antes.
  3. No descuidar primeras impresiones. Tu evento no empieza cuando el primer orador se para en el podio.  Tu evento comenzó mucho antes–cuando empezaste la promoción, cuando una persona visitó el sitio web, cuando un invitado entró la propiedad de la iglesia.  Una presencia calida y bienvenida en cada uno de estas áreas de «primera impresión» determinarán si tu trabajo arduo resulta en una «impresión permanente.»
  4. Abrazar el cambio. La Escuela Bíblica o drama del Día de Resurrección de hace 10 años no basta en la cultura de hoy.  Empieza con el enfoque central de tu evento y re-piensa en todo el proceso por medio de los lentes de cambios actuales en tecnología, demografía, comunicaciones, y expectativas.
  5. Esperar lo inesperado. Prepárate–para todo.  Temprano en tu planificación, examina cada fase para «prever» consecuencias de lo inesperado.  Algunos de estos desafíos pueden ser pequeños y fáciles de resolver–otros no.  Pero requieren acción rápida, una actitud correcta, y planificación significativa muy de antemano.
  6. Hacerlo bien. Sea lo que sea, ¡hazlo con excelencia!  No importa el tamaño o ámbito del evento, recuerda que el impacto de tu trabajo representará a ti, a tu iglesia, y a Cristo.

Por fin, toma en cuenta que los mejores planes no importan si no serán permeados por oración.  Ora que Dios acepte tus esfuerzos humanos y multiplique su impacto y alcance.  Ora que tus esfuerzos, plazos, y objetivos sean sujetos a la dirección del Espíritu.  Ora que todos los aspectos de tu evento al final dirijan a la gente hacia el Autor de todo significado y propósito.

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Un comentario sobre “Encargado del Programa…

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  1. una cosa que hemos aprendido en estos años de ministerio, es que trabajar en equipo es clave en la planificación de un evento. Scott y yo hemos tenido mucho exito porque trabajamos juntos Y también tenemos un equipo excelente alrededor de nosotros para apoyarnos a nosotros y el evento.

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