Misión en México: Parte I

Heejung Eom y Alberto Maza Juárez dando una lección de discipulado durante Proyecto Pablo

*La siguiente entrada es escrita por Heejung Eom, originario de Corea del Sur y los Estados Unidos, quién sirvió en Jóvenes en Misión en junio y julio de este año pasado.

¿Quién soy?

¿Qué estoy haciendo?

¿Por qué estoy aquí Señor?

Estas fueron las tres preguntas que hice todos los días durante los dos meses en México. Sabía que no iba a ser fácil desde que el campamento de entrenamiento terminó y me dirigía a México. No iban a ser unas dulces vacaciones de verano, pero confiaba en Dios. Sabía que Él tenía un propósito para mí y estaba confiada en que Él iba a usarme para cumplir sus planes.

Durante los dos meses, mis compañeros de equipo y yo estuvimos involucrados con un COM (Campamento de Orientación Misionera), un COM infantil, varias Máximas Misiones, Proyecto Pablo, y muchos más ministerios. En cada lugar que estuvimos, Dios abrió mis ojos para ver cómo Él estaba trabajando en diferentes situaciones. Cada día era emocionante porque vería y experimentaría cómo Dios trabajaba en cada una de nuestras vidas. No tenía que pedir su presencia, porque era obvio que Él estaba viviendo con nosotros y estaba trabajando a través de nosotros. No puedo expresar el gozo que tengo en mi vida ahora, porque cada día en México era como si el amor de Dios penetrara a través de mi corazón.

Aunque estoy hablando de gozo, los días en México no fueron fáciles. Cada día era un proceso o un paso que tenía que dar antes de descubrir el propósito de Dios. Fue difícil porque la cultura y el ambiente son muy diferentes del lugar donde vengo. No sólo eso, no podía confiar en mí misma, lo cual era una parte del plan de Dios. No podía hablar por mí misma, ni podía hacer nada por mí misma sin la guía de otras personas. He estado involucrada con ministerios de la iglesia por muchos años, pero Dios ni siquiera me permitió confiar en esas experiencias pasadas.

Era tiempo para que yo dejara ir muchas cosas y confiara plenamente en Dios. Por muchos años, pensé que estaba confiando en Dios, pero no. Yo misma me estaba obligando a pensar que estaba confiando en Dios porque estaba haciendo su trabajo. En lugar de eso, estaba confiando en mis pensamientos, emociones y experiencias. Dios quería cambiar eso y Él lo hizo llevándome de Estados Unidos, donde todo es cómodo, a un lugar donde necesitara más de Él, México…

Un comentario sobre “Misión en México: Parte I

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  1. Heejung, tiene un corazón tan sensible… se quebrantaba al ver la necesidad de la gente. Dios la uso al dar discipulado a niños, y también a personas adultas, compartió desde el inicio la palabra de Dios. Dios siga bendiciendo su vida y perfeccionado la obra en ella.

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