Etnocentrismo
Por Dra. Erika Ríos Hasenauer
Todos nos hemos sentido como bichos raros alguna vez. No encajas. Eres diferente.
Pocas cosas opacan nuestras lentes misioneras como nuestras actitudes etnocéntricas, aquellas que dicen que nuestra cultura, costumbres, acento, y forma de hacer las cosas es la mejor.
Nada daña más la imagen del Dios que predicamos que el discriminar con nuestras mentes, actitudes y acciones a otros con un color de piel distinto que el nuestro, lenguaje, nivel social o cultural.
En una ocasión estaba en la ciudad de Barcelona. Desacostumbrada al escrutinio de los ojos de otros en el metro, usualmente españoles, mayoría de tez blanca, me hacían sentir mal y molestaba. Me preguntaba a mí misma como podría testificarles alguna vez del amor incondicional de Cristo si no aprendía a aceptarles y amarles, aun con todas esas actitudes. Poco después aprendí el secreto de como contrarrestar esa actitud. Si alguien en el metro me miraba en forma discriminada, ¡Les sonreía!
Usualmente encontraba mejor empatía y en el peor de los casos, retiraban los ojos de mí.
No es fácil luchar contra el etnocentrismo. Sin embargo, no se nos ha llamado a luchar contra el, sino a vencer el de uno mismo. Mi propio estereotipo de los españoles impedía que siquiera me acercara a ellos. No había comprendido que yo era la que tenía que cambiar.
Lejos estaba de saber que años más tarde viviría la misma situación en los Estados Unidos, mientras ministramos a hispanos, nativos americanos y anglos en la misma comunidad.
Nuestro mundo es altamente complejo. Nunca será perfecto ni justo ante la perspectiva divina.
Me contento con quitarme mis lentes etnocentricas tanto como pueda. Nunca será posible quitarlos completamente mientras estemos en vida, pero es posible mejorar.
Su vista es la mejor, más acertada, aguda, y correcta. Pongámonos sus anteojos.
Oremos por mirar con sus ojos, sentir con Su corazón, y mirar la ciudad tal como Él la ve, como dice el canto «Ayúdame a mirar con Tus ojos».
AMEN!!! ESO ES CIERTO, UFFF QUE EXPERIENCIA PZ,… PERO ES PURA REALIDAD, SOLO DEVEMOS CONFIAR EN DIOS, PORQUE EL DICE E SU PALABRA : A QUIEN EL MANDA EL RESPALDA!!!