Carlos Studd: Soldado de la Cruz (Parte I)

En las siguientes semanas, antes y después del Día de Pentecostés, Dra. Erika Ríos estará compartiendo sobre algunos grandes misioneros de la historia quienes se han caracterizado por la unción del Espíritu Santo.

Tal vez como yo, ¡no has escuchado frecuentes historias de éxito donde Dios llame a consumados deportistas a ser misioneros!

Carlos Studd fue uno de esos casos poco frecuentes.  De ser un excelente jugador de cricket (deporte inglés), llegó a ser un remarcado misionero en diferentes continentes, China, África e India.

Ni Carlos ni los demás se imaginaban lo que Dios haría con su vida, excepto que Dios le llamaba a rendir ¡TODO!  En su tiempo, el demostraría con su ejemplo que aquél que se rinde en verdad al Soberano Rey del Universo, ¡llega muy lejos!

«Como un soldado de la cruz, Carlos recordó tener coraje en cualquier emergencia, su determinación de no volverse atrás, su convicción de estar en la voluntad de Dios y su fe que Dios intervendría hasta el final» como dijo uno de sus biógrafos, le llevó a grandes victorias y hoy, a ser recordado como uno de los grandes en misiones.

A sus 16 años ya era una estrella del cricket.  Pero algo hacía falta en su vida.  Un par de años después, en una ocasión que se dirigía a sus acostumbrados entrenamientos, alguien le preguntó:

– ¿Eres cristiano?

Continuó caminando sin saber qué decir.  Buscaba una respuesta, y no la tenía. Aquella pregunta por alguna razón le turbó.  Ese día se puso de rodillas, buscando alguna respuesta del cielo.  Después de algunos minutos, lo único que exclamó fue:

– Gracias, Dios.  Al momento un nuevo gozo y paz vinieron a su corazón.  Había recibido a Cristo.  ¡Sabía que ahora era cristiano! 

Pero seis largos años de inconsistencia y retrocesos en su vida espiritual le alejaron de Dios, de Su propósito para su vida y le acercaron al mundo y sus «éxitos».  ¿Suena familiar?

Dios no se olvida de sus hijos aún cuando nosotros le demos la espalda.  Más adelante, un ungido predicador (Moody) fue usado por Dios para traer a Carlos nuevamente a los pies de Jesús.  Esta vez fue en serio.  Mas aún, llegó a convencerse que Dios estaba empeñado en usar su vida de una forma especial.

Una vez que éste tomó en serio a Dios, Dios tomó en serio esas palabras de compromiso.  Un país entero en un momento crítico de la historia, China, fue abierta para él – a sus solo 25 años….

Esta pequeña biografía será continuada en la próxima entrada…

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