Teresa de Calcuta: Misionera a la India (Parte II)

Esta entrada terminará nuestro recorrido por las biografías de algunos grandes misioneros del cristianismo.  Es la continuación de la entrada anterior, escrita por Dra. Erika Ríos Hasenauer.

…Ser sus manos y sus pies. Eso fue lo que Agnes quería ser a sus 18 años cuando sintió el llamado a la vida religiosa. 9 años después estaba consumando ese llamado tomando los votos como monja, y abrazando el llamado a una vida de pobreza, castidad y obediencia.

La pobreza era vista en su contexto como lo ideal, loable, algo que todos debemos aspirar.

«He descubierto la paradoja que si amas hasta que duele no hay más dolor sino mas amor.»

Mother Teresa of Calcutta
Mother Teresa of Calcutta (Photo credit: 77krc)

Teresa de Calcuta descubrió algo profundo que marcó su teología mientras iba de camino a un retiro a los Himalayas. Un encuentro con Dios, quien le hizo ver que ella debía dedicar el resto de su vida y sus esfuerzos por los destituidos del corazón de Calcuta. Los pobres de los pobres, aquellos que nadie quiere tratar y menos cuidar.

Dios le estaba enseñando algo profundo que marcaría su teología. Era una teología de amor en acción. No era un concepto de amor teórico, de iglesia o seminario, era una clase de amor capaz de hacer que te ensucies las manos por otros, que te quedes con hambre por dárselo al verdadero hambriento, y que te despojes de todo por el más necesitado.

Esta pequeña mujer estableció no solo las Misioneras de la Caridad, de la cual ganó reconocimiento canónico en el mundo católico en 1950, sino que sus actividades de caridad siguieron multiplicándose exponencialmente.

Teresa de Calcuta ganó todos los honores del pueblo indio a su partida, fue considerada la joya de India. Ahora estaba lista para irse a casa. Su espera había sido prolongada.

¿Cuánto amamos verdaderamente a nuestro prójimo? ¿Cuánto estaríamos dispuestos a dar por ellos?

¿Qué piensas de esa teología de amor que duele, que marcó la vida de Teresa de Calcuta? ¿No te parece muy similar a la teología que los wesleyanos practicamos y defendemos tan esmeradamente?

Tal vez sea un buen momento de buscar la «India» que tenemos al lado, ahí donde nos encontramos, y tocarla con el amor de Cristo.

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