Una Reflexión De Cathy Spangler
“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.” (Hab. 2:1).
La otra noche tuve un gran tiempo de reflexión. Estaba meditando en Habacuc 2:1-2 y preguntándole al Espíritu Santo, “¿Qué significa: sobre mi guarda estaré? ¿Qué es una guarda? ¿Cómo uno afirma el pie?”
Las preguntas seguían surgiendo conforme leía el verso 2: “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.”
¿Cuál visión? ¿Por qué hay que escribirla? ¿Qué significa: “aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”? (v 3).
Mientras procesaba todo esto, miré por mi ventana y me di cuenta que había llovido otra vez. El suelo estaba mojado; las calles tenían charcos. De golpe la Palabra del Señor vino a mí y escribí:
“Como las lluvias que empapan el suelo, lloveré. Recíbela como tierra sedienta. Salpica en esa lluvia como lo hacen los pájaros.
En el pasado llovió y derramé Mi Espíritu, pero Mi pueblo no quiso mojarse. ¡Consideraron Mi Presencia como una molestia; una carga; una amenaza!
A medida que la lluvia cae sobre las superficies que cubren el suelo, algunas se endurecen y no son receptivas, por lo que el Espíritu Santo pasará de largo.
Prepárate, confiesa, perdona, deshazte de las ofensas y durezas. ¡Ábrete a mí! Búscame a mí, no a mis dones o milagros. Busca el agua viva de Mi presencia. Si, chapotea en ella. Sé lavado y refrescado sin temores. Porque de mi trono fluye un goteo que se convierte en una corriente rápida y fluida y luego en un río ancho y profundo. El río trae curación a las multitudes y da vida a lo que estaba muerto y sin vida.
Benditos aquellos que vienen…
A beber de mí
A disfrutarme
A ser limpios, nuevos, completos
¡Te invito a recibir el último reinado!»
Deja una respuesta