Su Misión (y La Nuestra): Enseñar y Predicar

Muchos han debatido en los últimos años sobre la misión de la Iglesia.  Claro, estamos de acuerdo que es “hacer discipulos a todas las naciones….”  Sin embargo, ¿cómo? ¿Cuál es la mejor estrategia o método para hacer discípulos a la semejanza de Cristo en las naciones?

Cualquier discusión sobre la misión de la Iglesia debe centrarse en la misión de Dios en la persona de su Hijo, ¿no es cierto?  Y en los evangelios, aunque Jesús hacía muchas cosas y tocaba a miles de personas, sus prioridades principales eran tres: enseñar, predicar, y sanar (Mt. 4:23; 9:35).

Empecemos hoy con los primeros dos.

1. Jesucristo comenzó su ministerio enseñando el evangelio del reino de Dios. Pero, humanamente hablando, era imposible que una sola persona pudiera hacerlo todo y Jesucristo lo sabía. Por esa razón preparó un grupo de personas, sus discípulos, para que continuaran con las enseñanzas del evangelio del reino de Dios.

El poder de la enseñanza del evangelio por medio de los discípulos, era el mismo que estaba en Jesucristo cuando ministraba en la tierra. Y si somos obedientes al Señor y a la misión que nos ha dado, también enseñaremos el mensaje del evangelio de salvación con el mismo poder y autoridad que tenía nuestro Señor y Salvador.

2. Jesucristo predicaba el evangelio de Dios, la venida de Su reino.  Era un mensaje de arrepentimiento y sin duda de “buenas nuevas”.  La iglesia del siglo XXI tiene que proclamar con urgencia el mensaje de arrepentimiento y de salvación.  Pero de nuevo, ¿cómo debemos proclamar el evangelio?

Nunca podríamos nombrar todos los métodos de predicar, pero quizás es importante explicar que no se limita a un sermón tradicional dentro de un templo evangélico. Por ejemplo, cuando Jesucristo conversó con los dos discípulos que iban camino a Emaus (Lucas 24), escuchó el temor, angustia y frustración que llevaban en sus corazones y les ministró con la Palabra de Dios de acuerdo a sus necesidades. El apóstol Pablo se identificó con sus oyentes y pudo comunicarles el evangelio de acuerdo a sus necesidades (y en varios ambientes).

Si la misión de Jesús era enseñar y predicar, ¿cómo estás tú en estas áreas? ¿Las practicas con frecuencia o las evitas, diciendo que no es tu don?

Mañana hablaremos del tercer componente de la misión de Jesús: la sanidad.

5 comentarios sobre “Su Misión (y La Nuestra): Enseñar y Predicar

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  1. la iglesia adolece de enseñanza,es necesario priorizar en este asunto mientras se predica al pueblo inconverso.Hermano Hitler Quintero.

  2. Es lamentable que muchos lideres enseñan y predican sin entrar en un estudio profundo de la Palabra de Dios, especialmente en la Escuela Dominical, el maestro enseña lo que cree personalmente de la situación actual, sería bueno recalcar siempre las bases divinas para cumplir con la visión y la misión de la Iglesia.

  3. Hermano Yeri, qué acertado es su comentario, son mas valiosos nuestros actos y nuestra conducta diaria que nuestras palabras, ya podemos leer en Santiago 1:27 «La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.»
    Porque es esto realmente lo que las personas miran, lo que habla a su corazòn, esto sin menoscabar el escudriñar las Escrituras, conocerlas y hablar puramente lo que en ellas està escrito.
    Saludos

  4. Bendiciones Scott Armstrong y Familia.

    Debemos reconocer que estas dos funciones son poco valoradas en muchas de nuestras congregaciones, existe muy poca preparación de los pastores y lideres, que en el momento de predicar o enseñar, que predicamos y enseñamos nuestros gustos o nuestras apreciaciones, y no lo que el texto dice en si mismo; creo que hace falta un libro en nuestra casa de publicaciones que trate el asunto de la Interpretación Biblica Sana.
    Los Apostoles pusieron a la predicación y la enseñanza como una de las mas altas prioridades de sus ministerios.

    Bendiciones Varon, tus articulos son muy buenos.

    Que la gloria de nuestro Padre brille sobre ti y los tuyos.

  5. Enseñar y predicar son dos verbos que, de inmediato, los asociamos con «lo que decimos»… En ese sentido, muchos objetarán que no es su don. Pero ¿qué tal si los asociamos con nuestros actos cotidianos?
    Enseñamos y predicamos cuando vamos de un sitio a otro; no sólo cuando hablamos, sino también cuando callamos; con nuestros más pequeños gestos; extendiendo una mano al necesitado; no sólo con palabras, sino también escuchando…
    Gracias por compartir esto.
    Es necesario que sigamos pensando en nuestra misión.

    ~ Un abrazo

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