Sosteniendo y Enviando a un Mundo Quebrantado

La gente no sólo está necesitada de Dios, sino también de cosas materiales básicas, como el agua, medicinas, y alimento del diario.  Recuerda lo que dice Santiago 2:17, “…La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”.  El mundo tiene 2.2 billones de habitantes sin agua potable, y cada día mueren 25,000 billones por tomar agua contaminada.

1.5 billones no tienen dinero para comprar comida.  Existe un total de 2.8 billones de sumamente pobres, es decir el 46% de la población total.  En cuanto a salud, 3.2 billones viven en riesgo de contraer malaria y aproximadamente 2.2 billones de personas están enfermas, el 30% de ellos son niños.

La Iglesia del Nazareno está siempre al tanto de estadísticas como las anteriores.  Por tal motivo cuenta con ministerios que intentan contribuir a que las cifras no se eleven cada día, si no todo lo contrario, que las necesidades sean suplidas y menos gente requiera de productos básicos para vivir.

Esta ayuda no llegaría directamente a los necesitados de otros países si no fuera por los misioneros,  por eso instamos a que escuches la voz de Dios, para descubrir si Él te está llamando al servicio misionero.  De no ser así, ¡no huyas de tu responsabilidad de ser testigo en tu Jerusalén y Judea!  Además pídele a Dios dos cosas:

1. Que te de sus ojos para identificar a aquella persona que tiene el llamado, y que por medio de ti pueda recibir una confirmación, así como un apoyo financiera y en oración.
2. Participar siempre en el apoyo para misioneros.  Oración, ofrendas, ayuno, asistir a los estudios misioneros en la iglesia local, para conocer a los misioneros y escribirles cartas de ánimo y agradecimiento.

De alguna u otra manera todos estamos involucrados en misiones trans-culturales.  Unos son los enviados, mientras que otros son los que envían y sostienen.  Siente parte de ello porque es trabajo en equipo.  Este trabajo no es completo si no está el que envía y sostiene, pues si no fuera por este, no existiría el enviado.