Estrategia de Zonas Misionales Multiplica la Iglesia en Mesoamérica (Parte II)

*Este artículo fue publicado originalmente en Engage Magazine por Gina Grate Pottenger el 3 de enero, 2013.  Fue traducido por Ed Brussa.  Esta entrada es la continuación de la primera parte publicada en este blog en la entrada anterior.

Implementando el plan

El Coordinador de Estrategia Jorge Córdova, quien lidera el Área Norte de México (el cual abarca desde la frontera con EEUU en el norte, hasta la Ciudad de México y desde la costa este hasta la costa oeste) ha adoptado el trabajo de plantación de Zonas Misioneras, presentando su estrategia a sus superintendentes de distrito.

Cinco distritos en el Área Norte de México han adoptado el plan y reclutado un total de 10 plantadores de zonas misioneras. El coordinador de evangelismo para el área, Maru Rodríguez, ayuda a coordinar sus esfuerzos. (Rodríguez fue uno de los primeros misioneros de la región enviados a la Región Eurasia en 2009, como parte de los Proyectos Isaías y Caleb.)

Un plantador, Leonides Arteaga, en México, identificó 11 comunidades inatendidas—cada una a tan sólo 15 minutos de la siguiente—para formar una zona. La zona incluye un grupo indígena llamado Purepecha. Desde abril de 2012, él ha comenzado hermandades en siete de las 11 comunidades objetivo.

Maru Rodríguez y Leonides Arteaga con miembros de una de las iglesias recién plantadas
Maru Rodríguez y Leonides Arteaga con miembros de una de las iglesias recién plantadas

“Él es un fiel plantador de iglesias,” dijo Córdova. “Él le hace saber a los líderes acerca de lo que está realizando y trabaja mucho. Está preparando líderes. Éstos han sido entrenados en una manera muy dinámica … y tienen pasión por la plantación de iglesias.”

Los plantadores se reúnen periódicamente para hacer evaluaciones, para darse ánimo, para realizar talleres y recibir más entrenamiento. Dado a que sus contextos de plantación de iglesia son diversos, ellos pueden enseñar y aprender el uno del otro cuando se reúnen.

David Díaz dejó una iglesia establecida en donde era pastor, para convertirse en plantador de Zonas Misioneras. Díaz se mantuvo financieramente a sí mismo por un tiempo.

“Vi que este hermano no tenía ni un centavo para sí, y no tenía con qué pagar su renta,” dijo Córdova, quien supo que esto indicaba el compromiso de Díaz con respecto a la plantación de iglesias. “Él estaba plantando iglesias pero no tenía mucho entrenamiento.”

De este modo, Córdova convirtió a Díaz en un plantador oficial de Zonas Misioneras, lo cual le brindó el entrenamiento y estipendio necesarios, así como la oportunidad de relacionarse con otros plantadores de iglesias.

Necesidad de persistencia

Un plantador de Zonas Misioneras debe tener determinación y persistencia. Antonio Sánchez, un plantador del Distrito Oeste, presentaba la Película JESÚS y predicaba pero nadie asistía. Él sabía, sin embargo, que la gente en las casas de la cercanía podían escuchar todo mediante el equipo de amplificación. Luego de hacer numerosas presentaciones, la gente comenzó a salir de sus casas y eventualmente algunos aceptaron a Cristo. Como resultado de su persistencia, él ha iniciado muchos nuevos proyectos.

Otro plantador, en el norte de México, trabaja en medio del constante peligro del tráfico de drogas, mientras que otro plantador, Ismael Martínez, en Huasteca, escala montañas y cruza ríos para alcanzar gente con el Evangelio en lugares remotos.

“Lo que importa aquí es el Espíritu de Dios, que Él está levantando plantadores de Zonas Misioneras, que tenemos esperanzas de que habrá más gente laica y pastores que responderán a este llamado,” dijo Córdova. “Éste es el momento para hacerlo. Es tiempo de tener un método, tiempo de tener sueños, tiempo de avivamiento, tiempo de compartir a Jesús.  Zonas Misioneras — son una gran oportunidad para nosotros.”

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