Muy Poco

Por: Rev. Scott Armstrong

El siguiente es un devocional escrito para el día de apertura de Máxima Misión: Impacto R.D., en el que más de 70 participantes de más de 15 naciones estarán sirviendo en el Este de la República Dominicana durante la semana.

Versículo Clave: “El Señor dice: ‘Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra’” (Isaías 49:6).

Reflexión Devocional:

Soy un fanático de la NBA. Sigo el baloncesto todo el año. Fue hace unos cinco o seis años cuando comencé a notar una tendencia molesta: después de una canasta acertada o un pase exquisito, muchos de los jugadores bajaban la mano de forma paralela al suelo, a unos dos pies del mismo y miraban fijamente al jugador oponente. ¿La implicación? “Eres demasiado débil, demasiado pequeño. Comparado conmigo, eres muy poco”.

No me gustan mucho las tonterías así en la cancha, pero me pregunto si algunos de nosotros en la Iglesia podríamos beneficiarnos de una dura reprimenda. Pasamos la semana pensando en nosotros mismos todo el tiempo. A veces organizamos eventos en los que nos acercamos a nuestras comunidades, pero no nos volvamos radicales, ¿verdad? Esos son un sábado cada tres meses. El resto del tiempo tenemos cuentas que pagar, trabajo que hacer y exámenes para los que estudiar. Incluso si algunos de nosotros como cristianos pensamos en el bienestar de nuestros vecinos (¡alabado sea el Señor!), pocos de nosotros realmente sentimos una carga por las naciones lejanas. El 99% del tiempo lo pasamos pensando en y con personas que son como nosotros.

En Isaías 49, Dios está intentando amorosamente dar a Israel una llamada de atención: “¡Piensan en ustedes mismos todo el tiempo! ¡Eso es muy poco! ¡Quiero transformar el mundo entero a través de ustedes!”

Si estás leyendo esto, has dicho SÍ al llamado de Dios para impactar el Este de la República Dominicana esta semana. Has reunido el dinero y viajado lejos. Has tomado días de vacaciones para dormir en lugares incómodos y ministrar con y a culturas y personas desconocidas. Muchos cristianos dirían: “¡Vaya, eso es drástico!”. Pero me pregunto si Dios está mirando a este grupo y diciendo: “¡Sí! Están empezando a entenderlo. Era muy poca cosa que se quedaran cómodos. Ahora los haré luz para llevar mi salvación hasta los confines de la tierra”.

Preguntas para Conversar:

  1. ¿A qué tuviste que renunciar para ser parte de este viaje misionero? ¿Qué sacrificios hiciste?
  2. ¿Por qué estás aquí esta semana? ¿Qué te impulsó a hacer esto?
  3. ¿Cuáles son tus expectativas para los próximos días juntos? ¿Cómo podría Dios querer confirmar o ajustar esas expectativas?

Habrá momentos esta semana en los que tendrás que decidir entre “muy poco” e  “impactar al mundo sin importar lo que pase”. Podría incluir la adaptación a nuevas realidades o hacer algo que nunca hayas hecho antes. Pídele a Dios –y a tu grupo– que te haga responsable en esos momentos. Al hacer esta oración final, decide elegir siempre la gran visión de Dios y no algo que sea “muy poca cosa”.

Oración Final: “Padre, úsame para impactar a las naciones. Ayúdame a nunca elegir lo que es demasiado fácil o muy poco a tus ojos, solo porque es cómodo. Eso aplica a esta semana y siempre. Amén”.

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