105 Años Después: La Misión Sigue

Cuando estuve en Tonalá, Chiapas, México este fin de semana pasado, tuve el privilegio de alabar y convivir con los hermanos de la Primera Iglesia del Nazareno en todo México y en toda la Región MAC. Misioneros habían llegado a Tonalá en 1903 para traer las buenas nuevas a esa comunidad y más de un siglo después, me sentí el gran honor de pararme enfrente de la congregación, abrir la Biblia, y predicar la Palabra de Dios. Una parte de mí decía, «¿Quién soy yo para predicar en este lugar donde muchos héroes de la fe han compartido el evangelio?» Pero otra parte se sentía el orgullo saludable en nuestra herencia y nuestra historia.

Desde el principio de nuestra Iglesia hemos sido una Iglesia explícitamente misional. No existía la opción de no llegar a las naciones con el mensaje de salvación y santidad en Cristo. Muchos de nuestros historiadores nos dicen que en los primeros años, la misión no fue algo que se tenía que forzar, como si los predicadores y líderes de la denominación estuvieran rogándoles a los congregantes que se fueran al mundo que les rodeaba. Fue algo natural. El mensaje de santidad fue la misión de la Iglesia. La misión de la Iglesia no fue una parte clave de la Biblia, fue la narración completa de la Biblia. Es decir, todo lo que tenemos en los 66 libros en los dos Testamentos fue la Historia de Dios y su misión en el mundo. Entendiendo esto, misioneros salieron a países como India, Cabo Verde, México, y Guatemala en el inicio con el llamado fuerte de Dios en sus vidas. A veces no tenían mucho entrenamiento; muchas veces se equivocaron en algunos asuntos. Pero ejercer la misión de Dios fue algo natural para ellos y la Iglesia.

¿Dónde estamos hoy? ¿Leemos la Biblia como ellos la leyeron? ¿Para nosotros, hablamos más de misiones (como un proyecto o programa) o de la misión en sí? ¿Salir para alcanzar el mundo es algo normal y para todos o algo super-espiritual y sólo para los élites?

Me dio mucho gusto hablar con algunos miembros de la Primera Iglesia de Tonalá quienes habían aceptado al Señor muy recientemente por el ministerio y testimonio de personas en la iglesia. ¡105 años después la misión no se había detenido! Y mi participación en un domingo ordinario fue un pequeñito eslabón en la gran cadena de ministerio que se había llevado a cabo por el último siglo. ¡La misión sigue! ¡La visión se sigue compartiendo! Y todavía se puede ver el fruto de nuestros primeros obreros que cimentaron la fundación de nuestra fe.

2 comentarios sobre “105 Años Después: La Misión Sigue

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  1. la trascendencia del evangelio es atraves de unos cuantos como tu y como yo, gracias por compartirnos el comentario de la elite, estamos allí, por que muchos son los llamamdos y pocos los escogidos, bendiciones

  2. Hola
    Soy del Distrito Centro, y tengo 7 años siendo cristiana, en mis primeros años como cristiana, me apasionaba por predicarles a mis amigos y familia del evangelio, y era para mi algo maravilloso, Hoy puedo decir que desgracidamente se vuelve mas como algo normal, incluso mi mente se deja invadir por comentarios como: Los misioneros solo pueden ser los que forman parte de la «Elite» como tu dices; me sorprende como han cambiado las cosas; ahora es como si se nos tuviera que obligar que fueramos santos y que hablaramos a otros de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, y admito que me he dejado contagiar por este tipo de actitudes conformistas. Pero te agradezco Scott por este mensaje; me anima a dar todo de mi par que la mision siga adelante. Que Dios te bendiga eternamente a ti y a tu familia 😀

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