Otro mal entendido del llamado es que es algo instantáneo, algo que se aclara o se recibe en un momento impresionante como un relámpago que parte el cielo en dos. Pero para muchos es un proceso. Algunos líderes se refieren a varios momentos durante muchos años donde recibieron confirmaciones suaves del llamado. Para otros el llamado es un momento y proceso.
Creo que la Biblia y sus personajes nos pueden ayudar. Saulo vio un resplandor de luz del cielo y cayó al piso, oyendo una voz audible. ¡A veces me hubiera gustado que mi llamado fuera tan dramático! Moisés recibió una zarza ardiente pero ofreció un montón de excusas y fue un líder inicialmente reacio. Al contrario, Isaías alababa al Señor y durante ese tiempo de adoración donde estuvo en la presencia del Señor, recibió el llamado famoso. Él reaccionó como un niño en la clase que sepa la respuesta a la pregunta de su maestra, «¡Yo, yo, yo! ¡Escógeme a mí! ¡Envíame a mí!» Para Pedro fue un proceso de tres años donde se equivocó mucho, recibió algunos regaños de Jesús, pero eventualmente captó la idea y la visión.
¿Con quién en la Biblia te identificas más? No hay un llamado que es mejor que otros, a pesar de lo que muchos líderes dicen. ¿Cómo ha sido tu llamado?
Transforma el Mundo 
En mi caso, la primera vez que yo experimenté el Llamado de Dios fue de una manera muy especial durante un tiempo de oración con mi familia, en el cual el gozo en el espíritu y la tristeza humana nos llenaban al despedirnos de mi abuelo -quien ha sido mi primer ‘héroe’- pero, después de esta ocasión, pasaron 6 años más en los cuales Dios confirmó una y otra vez ese llamado… Han pasado 4 años más, en los que Dios sigue forjando mi vida, confirmando Su llamado y, pos supuesto, sorprendiendo más y más mi vida con Sus planes y desafíos.
Tenía 10 años cuando sentí en mi corazón el fuego que produce escuchar la Voz del Señor hablando a mi vida, la primera vez; Hoy tengo 20…muchas gracias a Dios por su paciencia, bondad y amor para tomar tiempo en cada parte de mi vida, para sostenerme!!
Gracias al Señor por llevarme por este proceso durante 10 años…y los que Él planea!!
Buen punto y gracias por este testimonio, José. El ejemplo de Josué es excelente porque fue un proceso sin duda. Y todos podemos decir que todavía estamos explorando ese llamado. David, dices algo importante porque, como siervos de Dios, tenemos que confiar en y estar convencidos de nuestro llamado MIENTRAS QUE siempre estamos abiertos para que Dios nos guíe o revele algo nuevo y desafiante para nuestras vidas y ministerios. De hecho, el llamado puede cambiar y evolucionar. Lo importante es estar rendidos delante de él. A veces el mismo llamado puede llegar a ser nuestro Dios en lugar del Dios vivo a quién servimos. Muy buena conversación, David y José. Es un gusto ministrar con ustedes y oro por sus ministerios a menudo.
P.S.: El llamado de Josué ocurrió sobre un periodo considerable de tiempo. A mi me ocurrió en un periodo de por lo menos 10 años.
Hola Scott. Es un gusto leer lo que escribes, y como siempre… «estoy orgulloso de ti».
Respecto a esta reflexión, coincido con todo lo que has mencionado, y supongo que el énfasis es en el llamado misionero y/o ministerial. Sólo quisiera agregar una pregunta retórica: ¿Qué pasaría si un día Dios me dice que tiene otros planes para mi, y el llamado pastoral que recibí debe ser puesto de lado?
En lo personal creo es importante identificar el momento en nuestra vida en el que dijimos «sí» a la voz de Jesús, quien nos dijo: «sígueme» [a través de una predicación, de la vida de una persona, de la lectura de la Biblia, etc.]. Este llamado a seguirle es tan profundo y trascendental, que al aceptarlo implícitamente estamos diciéndole «sí» a lo que venga por delante.
Esto significa que en mi relación con Cristo, recibiré alguna misión o ministerio específico [o varios], y si soy sensible, coherente y comprometido con el llamado supremo, entonces estaré dispuesto a obedecer la voz de Dios.
Por supuesto, quiero aclarar que no estoy hablando de una persona inconstante que experimenta aqui y allá, sin ningún sentido. Estoy hablando de una persona que es sensible y fiel al Maestro, a su voz y a su señorío.
Lo sé, fue muy largo.. y probablemente fue un poco confuso… pero al menos quise decirte que si he leído «Transforma el Mundo».
Un abrazo Scott!
El mío fue como el de Josué, el del AT (lo descubrí escuchando al Dr. Radi en Iberoamérica). Primero, Dios usa a alguien para indicártelo, luego te lo dice en el altar y finalmente usa a la iglesia para confirmarlo. Es invaluable tener la certeza de tu llamado.