A Solas en la Habitación

Lee Apocalipsis 3:20.

“Descubrí que toda la desdicha de los hombres se debe a una sola cosa: no saber mantenerse quietos en una habitación.”

Lo que Pascal decía en pleno siglo diecisiete sigue siendo de palpitante actualidad. El hombre dejado en el silencio de su casa, sin distracción ni diversión, se aburre, se asusta. De repente, ve la miseria de su condición, el mal que le puede ocurrir, las amenazas de la enfermedad y de la muerte, el inmenso y doloroso vacío de su corazón presa de angustia.

Hoy día no es necesario dejar su habitación para divertirse; a través de la televisión el mundo entero irrumpe en ella con su música, su bullicio, su violencia y su inmoralidad. Pero, esa violación de domicilio, ¿le quita a uno el temor a la soledad?

El remedio consistiría en dejar que en nosotros more la paz de Jesús que produce una tranquilidad de espíritu real, completa y dueña de sí misma. Así, el gozo y el reposo emanarían naturalmente de ella.

Y esta paz es la que debemos compartir con los demás.  Toma un tiempito para estar a solas, examinar tu interior, habla con el Señor y llénate de la paz de Dios que puedes compartir con los demás.

–Escrito por Carlos Monterroso, Asistente Previo en Misión Mundial MAC

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