
*Lo siguiente es un testimonio de Mayuli Aguilar Toledo, de Chiapas, México. Ella sirvió como misionera voluntaria en Veracruz y Puebla, México por medio de Jóvenes en Misión. Para más información sobre JEM u otras oportunidades en misiones, contáctanos a mmmac@nazmac.org.
Han pasado dos meses en los que Dios mostró su voluntad en mi vida. A pesar de que es mi país, hubieron muchos choques culturales y eso fue muy bueno. Dios me enseñó para qué me envió y porque estuve aquí.
Las primeras semanas pude aprender que no solamente podemos evangelizar predicando o hablando, sino también lo podemos hacer con nuestros actos y nuestro testimonio. Era hermoso ver como las personas del mercado al que estábamos yendo a trabajar abrían sus corazones a Dios sólo con vernos ayudarles en sus tareas cotidianas. Dios prepara los corazones de las personas, y Él espera que nosotros estemos dispuestos a ir y hablarles de Cristo.
Dios me enseñó a aprovechar cada minuto para poder hablar a otras personas que tienen necesidad económica y espiritual. Dios nos llamó para satisfacer esa necesidad, como cuando Pedro y Juan estaban en la puerta llamada La Hermosa. Ellos no tenían más para darle a esa persona, pero lo que tenían le dieron y él fue sanado y glorificó a Dios. Yo pude sentir muchas veces eso. En una colonia donde me tocó trabajar, aprendí que nosotros tenemos la luz de Dios para poder compartirlo a otras personas que viven en obscuridad.
A unos días de mi regreso a casa, hay muchos sentimientos encontrados. Extraño a mi familia y me emociona verlos, pero al mismo tiempo, siento como Dios me está llamando a las misiones. Me sentí muy en casa, y que ese era mi lugar. Estoy muy agradecida a Dios por abrir las puertas y dejarme participar en Jóvenes en Misión. Ahora tengo un gran reto: Dios me ha llamado. No sé lo que ha de venir después, pero “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Tes. 5:24). Dios ha sido fiel y sé que cumplirá su propósito en mí.
Espero en Dios que muchos jóvenes se dejen tocar por Dios. Abran sus corazones y tomen el reto. La mies es mucha y hay tan pocos obreros. Dios requiere de nosotros para poder ayudar a esas personas y llevarlos a sus pies.
No hay duda sobre el llamado. Cuando las personas se entregan a Dios íntegramente, el los perfecciona y los transforma en herrramientas útiles de su poderoso reino, del evangelio al que nos ha llevado a vivir. Que Dios siga llamando y que los cristianos digan «Heme aquí, Señor, Envíame a mi».
Felicidades Mayilu, por haber dejado a Dios trabajar a través de ti.
Que su obra viva en tu ser y queme tu espíritu con pasión.
felicidades mayuli!!!!!!!! el servir a Dios es lo mejor que podemos hacer como jovenes y es cierto » Fiel es el que os llama» el habrira las puertas en donde nosotros no las vemos, que Dios Bendiga tu vida, espera y confia en El.