Jóvenes en Misión y Génesis Colaboran para Impactar Querétaro
Lohuther René Gutiérrez Méndez
Hace dos días escribí sobre lo mucho que hizo Dios durante Jóvenes en Misión en México este verano. Después de días de evangelismo casa por casa y mucha oración y capacitación, nos incorporamos al trabajo de las misioneras nazarenas quienes están sirviendo con la iniciativa Génesis en Querétaro. Ese estado tiene poca apertura al evangelio y se encuentra en un área denominada el Círculo del Silencio.
Las misioneras están teniendo un buen alcance de personas por medio de clases de regularización, informática, futbol y muchas otras cosas como consultas psicológicas. Nos dio mucho gusto escucharlas y también ver el deseo de ellas de ser parte de la misión.
Gracias a Dios tuvimos tiempos de trabajo con muchos niños y adultos, con talleres de Escuela para Padres, los cuales fueron de bendición. Por la tarde se presentaron dramas evangelísticos, y al final se llevó a cabo un tiempo de rap de estilo libre que llamó mucho la atención de niños y adolescentes, pues es una manera diferente de hacer música con letra y contenido positivo.
Fue un tiempo hermoso en Querétaro, 25 días en total. Sucedieron tantas experiencias hermosas donde pudimos ver la presencia de Dios en las personas y sus vidas siendo transformadas por el Señor.
Dios nos dio la oportunidad de realizar el primer culto congregacional en el sitio, e incluyó un tiempo maravilloso de oración por sanidad. Las personas abrieron sus corazones y con lágrimas en sus ojos pudieron entregar sus cargas al Señor y recibir la paz que solo Él nos puede dar.
Tuvimos la oportunidad de apoyar a una persona de la tercera edad en su mudanza, y esa acción nos abrió puertas para acompañarla a la decisión de seguir a Cristo. Días después fue bautizada, y damos gloria a Dios porque su Santo Espíritu siempre está convenciéndonos del pecado y guiándonos a la luz de la Salvación.
Durante los últimos días tuvimos una actividad en la cancha: presentamos un sketch y compartimos la Palabra de Dios para los presentes en el parque. Después tuvimos un tiempo de ministración haciendo grupos de dos o tres personas, y fue de bendición escucharlos y orar por ellos. Las misioneras nos dijeron que ese fue el primer servicio donde reunían a todos sus contactos; sin duda fue de emoción para todos.
Llegando el domingo estábamos ansiosos por lo que sucedería. Fue importante porque el trabajo de meses y, para nosotros días, estaba por cumplirse: los bautizos de los nuevos creyentes. Gracias a Dios porque 10 bautizos se llevaron a cabo y estamos muy contentos con ese logro, pues sabemos que hay fiesta en los cielos por esas decisiones tomadas. A Gian le tocó predicar ese día y Mario fue quien bautizó a cada uno de ellos como la Palabra indica.
Así muy contentos sabíamos que Dios estaba respaldándonos en cada paso. Nuestro tiempo en Querétaro fue lleno de muchas experiencias como equipo, ya que pasamos diferentes situaciones de choque cultural y de conversar y ajustar cosas en las que debíamos estar de acuerdo para un mejor trabajo. De todo el verano de Jóvenes en Misión, nuestra estancia en Querétaro fue sinceramente la experiencia más impactante a nuestras vidas.
*En las próximas entradas compartiremos algunos testimonios directos de los jóvenes misioneros quienes participaron en Jóvenes en Misión.
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