Cuando piensas en la bendición de Dios, ¿en qué piensas? ¿Buena salud? ¿Estabilidad financiera? ¿La seguridad de tu familia? Todas estas son cosas válidas y maravillosas por las que orar. ¡Son, en verdad, bendiciones de Dios!
Sin embargo, ¿qué pasaría si Dios te “dotara” de inquietud? ¿Qué pasaría si Su favor descansando sobre ti luciera como un corazón roto o una tristeza profunda? Rara vez pensamos en esas cosas como bendiciones. Sin embargo, en el contexto adecuado, son exactamente lo que necesitamos y deberíamos anhelar.
El siguiente poema de los Franciscanos llega al corazón de esa verdad. Oro esta bendición sobre ti en este día.
Una Bendición Franciscana
Que Dios te bendiga con incomodidad,
En respuestas fáciles, verdades a medias,
Y relaciones superficiales
Para que puedas vivir
En lo profundo de tu corazón.
Que Dios te bendiga con ira.
Ante la injusticia, la opresión,
Y la explotación de las personas,
Para que puedas trabajar por
Justicia, libertad y paz.
Que Dios te bendiga con lágrimas,
Para derramar por los que sufren dolor,
Rechazo, hambre y guerra,
Para que puedas extender tu mano para consolarlos y
Para convertir su dolor en alegría.
Y que Dios te bendiga
Con la locura suficiente
Para que confíes en que puedes
Hacer una diferencia en el mundo,
Para que puedas hacer
Lo que otros dicen que no se puede hacer
Para traer justicia y bondad.
A todos nuestros niños y a los pobres.
Amén.
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