Un Día (¿Dos Días?) en la Embajada

Ayy – la vida misionera; a veces, me frustra mucho. Soy Emily, la esposa de Scott, y quiero contar una historia de la vida diaria de una misionera.

Soy una buena organizadora, y hace algunos meses, me di cuenta que el pasaporte de mi hijo Elías iba a vencer en Octubre 2008. Supe que tendríamos que cruzar fronteras con Elías en Mayo, y tal vez en Junio y Julio cuando estemos con el grupo de Jóvenes en Misión, y también que nos tocaría la gira misionera en EEUU en Octubre. También supe que para renovar un pasaporte en la embajada MÁS obtener la estampilla de residencia permanente iba a costar de 4 a 6 semanas.

Les cuento todo eso, por que el lunes, el 18 de febrero, Scott, Elías, Sydney, y yo nos fuimos a la embajada para empezar el gran proceso. Estuve un poco frustrada, pero no tanto, cuando nos acercamos a la embajada de EEUU en la Zona 10 de Guatemala, y nos dijeron que la embajada estaba cerrada. ¿Por qué? Porque el día fue un día de feriado en EEUU, entonces, fue día de feriado en la embajada también. Salimos pensando, “Bueno, fue un error nuestro, pero regresamos mañana.” Ni pensamos en el día feriado de nuestro “propio” país (esto es lo que pasa cuando vive fuera de su entorno por muchos años).

Antes de salir de nuestra casa el próximo día, Scott me preguntó, “¿Estás SEGURA que tenemos todos los documentos?” y le dije que sí. Llamé hace 2 semanas, escuché el mensaje, y escribí la lista de cosas que tuvimos que llevar. Revisé mi lista 2 o 3 veces, y teníamos todo listo (recuerden que soy buena organizadora). Llegamos a la embajada, y pedimos los formularios de renovación de pasaporte. Los llenamos, y llegamos a la ventanilla para entregar los demás documentos de Elías. La mujer del otro lado de la ventanilla nos pidió el certificado de nacimiento de Elías. Pueden imaginar mi horror cuando dije que no lo cargaba conmigo. Intenté decirle que esta información no estaba en el mensaje, pero ella sólo me dio unas hojas con los documentos requeridos para renovar un pasaporte.

En todo el camino a nuestra casa, estaba TAN frustrada. Aun con mis intenciones de tener todo listo, ya habíamos perdido casi 5 horas en ese proceso, y no habíamos logrado nada. Todavía me quedo con el pasaporte de Elías en casa, y tenemos que hacer el viaje otra vez. Scott sintió mi frustración, y me dio palabras de sabiduría con un abrazo. Él me dijo que aunque estuviéramos frustrados, el llamado de Dios para ser misioneros es aun más grande que este sentimiento. Y es verdad. No tengo otro recurso para renovar el pasaporte de Elías – tengo que hacer el viaje de una hora (de ida y vuelta cuando el tráfico es liviano) otra vez a la embajada. Si estuviera en EEUU, sólo tendría que ir 3 minutos a una oficina de correos, donde ellos tienen horas muchas más flexibles que una embajada. PERO – tratar con una embajada es parte de mi vida misionera. Escogí servir a Dios en una cultura diferente de la mía, y aun con frustraciones de “que haceres” como renovar un pasaporte en la embajada, sé que nunca quisiera hacer nada diferente.

Un comentario sobre “Un Día (¿Dos Días?) en la Embajada

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  1. Emily
    Gracias por tu sinceridad y animo. Es muy cierto que esos pequeños «detalles» no te los enseñan en el entrenamiento misionero. Pero pueden hacer mucha diferencia cuando ya estás en el campo misionero y por hacer trámites legales debes pasar horas y días extras.
    Pero que bueno que podemos elegir, entre quedarnos con ese sentimiendo de frustración, enojo, furía y … podemos seguir mencionando muchos sentimientos más o reconocer que ante todo es parte de nuestro llamado.
    En medio poder reconocer que esas «horas extras», son necesarias para poder tener días, meses y tal vez años, haciendo la voluntad de Dios, en el lugar donde Él nos envió.
    Nosotros podemos cambiar los problemas con aduanas, migraciones y embajadas. No cambiando los trámites, pero sí cambiando nuestra actitud.

    Muchas gracias por llamarme a refelxionar en este aspecto.

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