“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:36-38).
¿Se dieron cuenta en este pasaje de la interrelación entre la compasión y el envío de obreros? Aparentemente para Jesús, no se pueden separar. De una profunda compasión surge una visión de la mies y de esta visión se levanta el llamado para obreros.
Además, podemos decir con certeza que los obreros que responden a este llamado y a esta oración deben tener compasión de la gente. Casi es un requisito según este pasaje. Los obreros van a ser como Jesús. Los obreros van a ver al mundo con ojos compasivos. La reacción del verdadero obrero de Jesús no es lastima, sino compasión.
¿Estás dispuesto a responder a ese llamado? Es un llamado no sólo a motivar o emocionar a la gente. Es un llamado a sentir su dolor y sufrir con ellos. ¿Serás este tipo de obrero? Mucha gente está obedeciendo las palabras de Jesús acá (“Rogad, pues…”) y orando por ti. ¿Serás un obrero compasivo?
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