Ayer empezamos un periodo importantísimo en el Calendario Cristiano — Adviento. Es una especie de término extraño, ¿no? Si creciste en cierta parte del mundo, sin duda has visto un calendario de Adviento, con piezas de chocolate rancio detrás de cada puerta pequeña y la fecha. Algunos tienden a pensar del Adviento de esa manera – como una cuenta regresiva de chocolate hasta Navidad.
A los anglicanos y católicos romanos también les es familiar con una corona de Adviento. En esa corona se encentran cuatro velas (y tal vez una en medio). Hay un significado de las cuatro semanas previas al nacimiento de Cristo.
Y sí, Adviento es todo eso. Es cuenta regresiva para Navidad. Es una conmemoración del nacimiento de nuestro Salvador. Pero también es mucho más que eso.
Cuando hablamos sobre el adviento de algo, usualmente nos referimos a su principio o formación. Así, por ejemplo, el adviento de redactar un trabajo puede ser la investigación inicial que puso en ella. O el adviento de un juego de futbol puede ser la patada (además, pagaría por oír a un comentarista usando el termino adviento a mitad del juego).
Esa definición es una buena manera de comenzar. Adviento es, de hecho, el principio. Es el comienzo de la historia cristiana, el nacimiento de Cristo. La temporada de Adviento anticipa este nacimiento por cuatro semanas previas a la Navidad.
Pero Adviento también viene de la raíz griega de la Palabra Parousia, un término usado en la Biblia para referirse a la segunda venida de Cristo en muchas tradiciones. Adviento se usa con un doble propósito para conmemorar el nacimiento de Cristo pero también para anticipar la segunda venida de Jesús. Cada domingo de Adviento gira alrededor de esta tensión. El Salvador del mundo, Cristo Jesús, volverá a nacer dentro de circunstancias humildes… y nosotros al mismo tiempo aguardaremos su retorno final para anunciar su reino.
*Estas reflexiones fueron adaptadas del artículo “It’s the Final Countdown,” escrito por Ryan Hamm (Nov. 30, 2009) y publicadas por primera vez en este blog hace un año.
es muy positivo la celebración de estas fechas, más sin embargo nosotros los cristianos, los llamados al ministerio, debemos siempre hacer énfasis del nacimiento de Cristo en nuestros corazones y nuestra celebración debe ser siempre a diario, ya que día a día las almas se van perdiendo de la vida y qué estamos haciendo nosotros por ellos. Animo pues a proclamar las buenas nuevas, es un desafío para quienes ya han conocido al Señor.
Adviento…
Una palabra que nos mantiene en la esperanza.
Y la esperanza, ya lo dijo Erich Fromm, «no es un sentimiento que le pertenece al ser humano; la esperanza es un sentimiento que le pertenece a la vida. Es la vida misma defendiéndose».
~ Un abrazo
La navidad es una celebración muy especial para mi y mi familia, porque sabemos y entendemos que es un tiempo de reflexionar en los que estoy haciendo para Dios y si lo que estoy haciendo esta bien o necesita mejorar, porque Jesús vino a la tierra a dar más del 100% por nosotros y ahora somos nosotros los que debemos dar el 100% de nuestras vidas a Dios
Me encanta este blog, por ecológico… ahora hasta las entradas recicla! Jejeje…
Siempre es bueno conmemorar estas fechas y hacer énfasis una y otra vez sobre las cosas esenciales de nuestra fe… en especial porque nuestra memoria casi nunca alcanza a recordar todo un año!