Recientemente recibí este testimonio de Crystalla Williams, nuestra misionera Génesis de Trinidad y Tobago. Ella escribió estas palabras en sus últimos días sirviendo en Granada. Inmediatamente supe que su reflexión tenía que ser compartida con una audiencia más amplia. Que Dios mueva tu corazón mientras escuchas el corazón de ella fuerte y claro.
Mientras reflexiono en los dos años de ministerio en Génesis, casi lloro mientras me asombro de mi Dios: su amor, compasión, gracia, misericordia, paz, poder y provisión.
No podría – definitivamente no podría – lograrlo sin Él. Verdaderamente hay muchos que pensaron que no lograría terminar; algunos incluso me lo dijeron de frente. Honestamente, hay momentos en que les creí: momentos cuando las cosas fueron tan difíciles que no podía ver la salida. ¡Pero Dios abrió el camino!
No hay duda en mi mente que ciertos avances que he tenido no hubieran sido posibles sin esta asignación. Ahora tengo una mejor comprensión de lo que significa ser paciente. Dios de alguna manera ha aumentado mi capacidad para amar, ser comprensiva, ser compasiva y perdonar. Esta asignación me ha enseñado a orar más profundamente, y a ayunar más intencional y estratégicamente.
Cuando veo hacia adelante me emociono. Estoy emocionada por regresar a mi distrito, mi país e iglesia local para trabajar y ministrar. No estoy completamente segura de cómo se verá eso. Una cosa que sí sé: aquí estoy para servir.
Antes de salir hacia Granada, yo ya tenía un plan de salida. Tenía un trabajo esperando, un apartamento listo a mi regreso, y proyectos en los que estaría trabajando. Durante los dos últimos años, he visto cada uno de mis planes irse volando por la ventana.
Pero mientras he visto mis planes convertirse en polvo, también he visto a Dios trabajando en maneras que todavía me asombran. A causa de este ‘loco viaje de fe’ en el que he estado, estoy segura que mi Dios, quien ha hecho mucho más de lo que podría pensar o imaginar, cuidará de mí.
Estos dos años en Granada han sido grandiosos. Grandes alegrías, grandes heridas, gran apoyo, grandes avances, grandes lágrimas (de felicidad y sufrimiento), grandes risas, gran amor, grandes triunfos, gran propósito cumplido, grandes nuevos amigos, gran sanidad espiritual y crecimiento…una verdadera representación de lo grande que mi Dios es y siempre será para mí.
Espero entusiasmada lo que Dios hará. ¡No hay nadie como yo y no hay nadie como mi Dios! Oh, ¡qué maravilla Él hará!
Me siento honrada por ser parte de una organización, una iglesia, y una familia alrededor del mundo. Me siento honrada de tener un apoyo que jamás puede ser cuantificado en términos humanos. Y todo eso me es otorgado por lo que Jesús hizo hace tiempo atrás sobre un ‘madero.’ Gracias, Señor.
Gracias a ustedes por sus oraciones.
Gracias a ustedes por su constante servicio y cuidado para aquellos que son llamados por Dios.
En Cristo,
Min. Crystalla Williams
Misionera Génesis
Granada
Dios te bendiga Hermana Crystalla, adelante con valor, sin temor porque Dios está contigo….un abrazo!!!!