Receta Para la Grandeza Sostenida

Por: Scott Armstrong

Lectura: Jeremías 22:1-9

Versículo Clave: “Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar… Mas si no oyereis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desierta.”  (Jer. 22:3, 5).

¿Qué es más difícil: alcanzar la grandeza o sostenerla?

Ambas cosas son difíciles. Sin embargo, muchas franquicias deportivas han dicho que mantener la excelencia a largo plazo es mucho más arduo. Muchas compañías dirían lo mismo.

¿Por qué la calidad continua es tan rara? En los deportes, al año siguiente de ganar un campeonato puede haber lesiones o cambios en el entrenamiento o de jugadores. En los negocios, los mercados fluctuantes o las nuevas tecnologías podrían significar una caída en las ganancias. Sin embargo, los psicólogos dirían que en la mayoría de los casos, perdemos el enfoque y el hambre de superación disminuye naturalmente una vez que hemos alcanzado el pináculo de nuestra profesión.

Esto también ocurre espiritualmente. Para un reino que desea la grandeza concedida por Dios a largo plazo, y también para nosotros, la receta es simple: ser justos y defender a los indefensos (v. 3-4). Pero si nos olvidamos de hacer esas cosas, pasaremos rápidamente de ser los mejores a ser los peores. El descenso será tan marcado que la gente en todas partes preguntará confundida: «¿No eran estas las personas que dijeron que Dios estaba de su lado?» (v. 5-8).

Servimos a un gran, gran Dios. ¡Y nos ha convertido en un gran pueblo! Permitámosle que continúe este gran trabajo a través de nosotros mientras nos comprometemos con la justicia en el mundo que nos rodea.

“Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado”. (Hechos 4:33-34a)