Hablamos muchas veces del missio Dei, la misión de Dios. Ese término se refiere a que Dios siempre inicia la salvación, siempre obra y nuestra acción es una respuesta a él. Aun más, nuestra misión primero fue y todavía es SU MISIÓN. Pienso que será beneficioso meditar sobre algunos textos que ilustran muy bien esta realidad. Espero que les bendigan.
«En el principio, creó Dios…» (Génesis 1:1).
«…entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre…» (Génesis 3:8-9).
«Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos…» (Ecc. 3:11)
«Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros» (Juan 1:14).
«Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rom. 5:8).
«Nosotros amamos, porque Él nos amó primero» (1 Juan 4:19).
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo» (Apocalípsis 3:20).
Deja un comentario