Antes de darte vida, ya te había escogido yo escogido, antes de nacieras, ya te haba yo apartado; te había destinado para ser profeta de las naciones. Yo conteste ¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no se hablar! Pero el Señor me dijo: No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra. Jeremías 1:5-8 (DHH)
Y con estos versículos Dios puso en mi corazón la emoción de servirle fuera de la iglesia, sí, quiero ponerle nombre: Dios me llamo a ser su misionera. ¡Wow! No tenía ni la mínima idea de lo que eso significaba, eso fue hace poco más de un año y decidí comenzar a caminar bajo este plan de Dios, participando en diversas actividades que me han permitido capacitarme, moldearme y confirmar este hermoso plan en mi vida.
He aquí que a más de un año después, me encuentro en una colonia llamada Michoacán ubicada en la Trinitaria participado en un segundo Proyecto Pablo y ha sido totalmente diferente, un proyecto con más retos, mas luchas, mas desafíos, mas todo, pero también ha sido un proyecto donde Dios me enseño cada día su hermosura y toda su gloria. Confirmó que El cumplirá su Palabra en la Tierra conmigo, sin mí o a pesar de mí, pues el reino de Dios aquí en la tierra todo se trata de Él.
Me enseñó que un niño puede de una manera muy sencilla platicar con Él y fue la oración más honesta y llena de amor que pude escuchar, me mostró que tampoco requiero tantas palabras para hablar de Él, pues todo es guiado por su Espíritu y así pude tener el privilegio de ver corazones reconciliados con Dios, confesiones de la gran necesidad del amor de Dios. Me confirmó que no hay mejor lugar donde yo desee estar que estar en la presencia de Dios, que aunque no entienda porque me usa siendo quien soy, pues no soy absolutamente nadie, Él giró su vista hacia mí y me puso la tarea de ser su instrumento para llevar su Palabra, su Amor.
Dios trasforma cada día mi ser al ver corazones dispuestos con el mismo sentimiento que yo tengo dentro de mí, pues me ha permitido conocer a un grupo genial de hermanos con el mismo plan y de verdad que ha sido maravilloso, la vida de cada uno de ellos me bendice, doy gracias a Dios.
No terminaría de escribir todo lo que este proyecto ha sido para mi vida, y creo que tampoco encontraría las palabras correctas para describir mi sentir, solo puedo resumirlo en una frase: Dios me enamora cada día y descubrirlo a diario es realmente increíble, Dios es maravilloso y estar en su plan es toda una aventura.
Bendiciones,
Daniela Mejía – Chiapas, México
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