Por Rev. Rob Prince
No tenemos idea de lo grande que es el universo.
Lo más lejano que hemos podido medir hasta ahora con la ayuda de un poderoso telescopio – de hecho dos telescopios: uno en Hawai y otro en el espacio exterior- es 13,000 millones de años luz de distancia (por cierto, un año luz de distancia son 5.88 billones de millas). ¡Eso es BASTANTE LEJOS!
En alguna parte en medio de este vasto universo se encuentra una galaxia espiral llamada La Vía Láctea, la cual está formada por cientos de millones de estrellas.
Una de esas estrellas es nuestro sol, rotando alrededor del centro de la Vía Láctea una vez cada 250 millones de años. Uno de los planetas girando alrededor del sol es una pequeña y diminuta pelota llamada planeta Tierra.
Nuestra pequeña y diminuta pelota de agua y polvo, el planeta Tierra, tiene solo 8,000 millas de diámetro y orbita una pequeña estrella de la Vía Láctea en este vasto, vasto universo.
Y tú y yo somos solo 2 de los 7.400 millones de personas en este diminuto planeta.
¿Para qué la lección de astronomía?
Escucha esto:
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo.
Porque él dijo, y fue hecho;
Él mandó, y existió. (Salmo 33:6, 8-9)
Deja que la verdad de estas palabras profundice en tu mente.
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Dios ni siquiera levantó un dedo para crear este masivo, asombroso, enorme, vasto e increíble universo. Lo hizo sin usar un kit de “Cómo crear un universo”.
No tenía diagramas.
No tenía planos.
Solamente habló, habló, habló… y todo comenzó a existir.
Dios es más masivo que nuestra más salvaje imaginación.
Más grande que las palabras más grandes que tengamos para describirlo.
Después de una eternidad siendo Dios…
No muestra señales de cansancio.
No tiene dilemas.
No tiene apuros.
No tiene consejeros.
No tiene escasez.
No tiene rivales.
No tiene temores.
No tiene grietas.
No tiene preocupaciones.
Él es auto existente.
Autónomo.
Perpetuo.
Autosuficiente.
Consciente de sí mismo.
No tiene necesidades.
Dios hace lo que quiere hacer.
Sus propósitos son seguros.
No hay nada que lo detenga.
Nadie le corta el paso.
No hay cortocircuitos en su agenda.
Dios siempre tiene el control.
Dios sabe todo y conoce a todos.
No escapa de su visión el vuelo de un ave en este pequeño planeta, o incluso si se detiene en una ramita.
Pudo haber empezado con Adán y haber nombrado a cada hombre, mujer y niño que ha vivido y decirte cada pequeño detalle de sus vidas.
Nada se esconde de Él.
No lucha contra ningún misterio.
No tiene que esperar por una prueba de polígrafo para descifrar la verdad.
Nadie se le compara.
No tiene igual.
No tiene competencia.
¡Él es Dios todopoderoso! (Me gustaría que retumbaran los tambores después de decir eso).
Pero ese no es el final de la historia.
Aunque somos niebla…
Estamos aquí hoy, y mañana quizás ya nos habremos ido…
Una pequeña mancha de polvo en su enorme y vasto universo…
Uno de los 7,400 millones de personas en este planeta…
Dios te creó.
Piensa en eso.
A su imagen.
Dios te creó.
Y nos formó con la habilidad de conocerlo.
Y aquí están las buenas noticias…
Realmente buenas, muy buenas noticias… ¡Él te ama!
¡ÉL. TE. AMA.!
Así es, a ti.
Quizá reprobaste tu primer examen en la universidad pero aún Él te ama.
A ti, que te enojaste sin razón contra tu cónyuge ayer… también te ama.
A ti, que acabas de decepcionar a alguien… sí, Él te ama.
Eres uno de los 7,400 millones de gente en este pequeño planeta en los alrededores de la Vía Láctea.
Pero Dios te conoce, sabe todo acerca de ti. Sabe tus más oscuros secretos… ¡y aún así te ama!
Él sanó la enfermedad.
Sació el hambre.
Caminó sobre el agua.
Calmó la tormenta.
Y aquí está el trato:
AQUEL que puede sanar la enfermedad,
SACIAR el HAMBRE,
Caminar sobre el agua y
CALMAR LA TORMENTA…
Aquel que creó este universo masivo de 5.88 billones de veces 13 mil millones de millas…
Te conoce.
Te ama.
¡Y puede rescatarte, redimirte, refrescarte, renovarte y revitalizarte!
¿Alguien necesita eso el día de hoy?
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