Paso Nueve: la Organización y Paso Diez: Mirando los Campos Blancos

A continuación, el paso nueve y diez de la serie “Diez Pasos Prácticos para la Plantación de Nuevas Iglesias,” escrita por el Pbro. Manuel Molina Flores.

Paso Nueve: la Organización

Desde el inicio de la plantación, compartiremos entrenamiento a fin de preparar a los creyentes para asumir el compromiso de organizarse en iglesia, aplicando las estructuras mínimas necesarias para asegurar el buen funcionamiento de ella; generalmente sólo se nombra la junta de oficiales. No tenemos que formar todos los ministerios, pues sólo serán necesarios los líderes de cada departamento; a medida que la iglesia crezca, podemos ir implementando lo que vayamos necesitando.

La organización será sólo una guía y NO una camisa de fuerza para la nueva obra.

¿Cuándo nace la iglesia?

En todo proceso de fundación de iglesias, llega el momento cuando se deberá determinar quiénes están dispuestos a comprometerse formal y públicamente con la nueva iglesia. Consideramos que una iglesia local nace en el momento en que los creyentes se comprometen públicamente con el Señor y unos con otros, con las Escrituras (tal como están expresadas en la Declaración de Fe del Manual de la Iglesia del Nazareno).

Plantar una iglesia es como iniciar la construcción de una casa; el ladrillo básico de la iglesia es el convertido. Esto es tan obvio que, con frecuencia se pasa por alto. El enfoque principal del fundador de iglesias debe estar puesto en los convertidos y, aunque la estructura y organización no son lo más importante, le darán forma para conservar los resultados. El éxito o el fracaso del fundador de iglesias estará directamente relacionado con el fruto de su trabajo en las almas convertidas. El trabajo misionero no se debe dejar de hacer para dedicarnos a mantener los resultados obtenidos; ambas tareas deben continuar simultáneamente.

Sugerencias:

  1. Capacite a los líderes nombrados para el desempeño de sus deberes.
  2. Reúnase con sus nuevos líderes, la nueva junta (en la mayoría de los casos, serán los mismos que lideran las células o las reuniones en hogares), para elaborar los planes mensuales o aplicar los planes distritales.
  3. Sométase al liderazgo superior y enseñe a los nuevos líderes a trabajar en equipo con los distintos niveles de la iglesia, como denominación, ya que todos estamos trabajando para la misma Misión.
  4. Formule un plan que permita crecimiento local y a nuevas comunidades, de tal manera que la nueva iglesia no se encierre en sus cuatro paredes.
  5. Mantenga la visión de levantar y capacitar a otros líderes voluntarios. El liderazgo pagado tiende a frenar el avance de la nueva iglesia.

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Paso Diez: Mirando los Campos Blancos

Mantenga la visión de nuevas obras como algo natural de la vida de la iglesia. Como el modelo de la iglesia de Antioquía de Hechos 13.

Formule un plan que permita crecimiento local y a nuevas comunidades, de tal manera que la nueva iglesia no se encierre en sus cuatro paredes. La tentación será conformarse con lo alcanzado, además, que los nuevos creyentes querrán estar juntos y no permitir que el pastor los abandone para ir a explorar nuevos campos. En una ocasión, un buen hermano decía “si usted, pastor, se va a otro lugar, yo vuelvo al mundo,” el pastor le contestó: “creí que usted seguía a Cristo, pero parece que ha decidido cambiarlo por este siervo inútil” Esto sucede cuando la koinonía se vuelve koinonitis, frenando así el crecimiento o expansión de la iglesia.

Nunca deje de hacer las cosas que producen crecimiento. Un error es que el plantador se dedique a administrar los frutos y deje de sembrar (como ha sucedido en ciertos lugares, como el caso del proyecto “Visión 93-2000”, que en la organización de un distrito pionero en la Sierra de Chiapas se estancó en su crecimiento).

Nosotros hemos tenido que examinar nuestro enfoque para volver a la visión original de plantar iglesias en nuestro campo escogido.

***Esperamos que esta serie de pasos prácticos para plantar nuevas iglesias haya sido útil para ti como lector, en tu ministerio.  Agradecemos al Rev. Manuel Molina por su gran trabajo en elaborar este material, y por su eficacia en ponerlo en práctica.

 

 

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