*El siguiente artículo fue publicado originalmente por Ardeo Global en:
https://www.ardeo.org/blog/2019/8/21/3-common-misconceptions-about-missionaries
Creemos que para ayudarte a obtener algo de claridad en tus próximos pasos en lo que respecta al trabajo misionero, debes saber qué conceptos erróneos existen sobre la vida misionera. Las siguientes son tres cosas que nuestra cultura malinterpreta acerca de lo que es ser un misionero.
1.) Ser misionero es una posición, no un llamado.
Hay una gran diferencia entre tener la vocación y tener el llamado. La vocación está centrada en lo que se hace, es la descripción del trabajo. Es la vista panorámica de tu propósito. Sin embargo, el llamado es más profundo, es el regalo que solo tú puedes darle al mundo. El llamado es cómo se viste tu vocación.
Por ejemplo, la vocación de alguien puede ser dedicarse a la docencia, sin embargo, ¡su llamado puede ser completamente diferente a su vocación! Puede sentirse atraído por la enseñanza pero el propósito dado por Dios no es solo enseñar, es darle a los niños un lugar seguro donde puedan crecer y convertirse en lo que están destinados a ser. El llamado va mucho más allá de la posición que desempeñamos.
De la misma forma, una persona que sirve en las misiones en un sitio extranjero puede tener el título de “misionero” pero su propósito está arraigado y basado en algo mucho más profundo. Quizás sea darles de su tiempo a las mujeres maltratadas para que así ellas sepan que son dignas de ser amadas. Tal vez sea orar por los enfermos en las calles, mirándolos a los ojos y comunicándoles que son conocidos por el Padre. O quizás es ayudar a otros a conectarse con Dios a través de la adoración. Sea lo que sea, la realidad es que tienes algo que solo tú puedes darle al mundo. Ser misionero no es necesariamente vivir según tu propósito. Profundizar sobre lo que fuiste creado para ser, también es la manera de vivir guiado por tu propósito.
Esto no niega que Dios nos llama a una misión específica en el campo. Aun así, es importante reconocer que ser misionero no cumple completamente con tu llamado.
El Padre tiene algo mucho más profundo para que tú lo descubras. ¿Estás emocionado por saber qué es?
2.) No verás milagros todos los días.
Cuando la gente piensa en la vida que debe llevar un misionero, piensan en el movimiento evangélico más grande que se puedan imaginar. Visualizan a los misioneros orando constantemente por las personas, viendo a la gente sanar y observando a las personas aceptar a Jesús como su Salvador sin parar. Ven avivamientos en carpas que viajan de ciudad en ciudad, demonios siendo arrojados a diestra y siniestra. Se imaginan el libro de los Hechos anunciado en tiempo real.
A decir verdad, ser misionero puede ser decepcionante algunas veces. Mucha gente va al campo misionero con una gran expectativa de que van a ver a la gente correr hacia Jesús en masa. Sin embargo, con frecuencia suele suceder que es una batalla simplemente lograr que las personas se presenten a reuniones de café preparadas para hablar acerca de la Biblia.
¡Qué no se malentienda! Los milagros si ocurren en el campo misionero pero ¿por qué hay más expectación por ver milagros en las misiones de sitios extranjeros que en tu propia vida, ahí donde estás ahora? Dejemos esa pregunta para que cada quien la medite por su cuenta.
Los milagros si suceden en el campo misionero, y generalmente ocurren después de mucha oración y de pasar tiempo con el Padre. Con frecuencia, después de una temporada de sequía en el ministerio, un misionero aprende en verdad lo que es una dependencia total de Dios. Todo el trabajo que esperamos ver en la vida de las personas ha sido hecho por Él en la cruz muchos años atrás. Depende de Él llevar a cabo su increíble misterio a través de nosotros en el campo misionero. La única forma en que podemos verlo hacer lo que anhela es a través de la intimidad con Él.
Lo que nos lleva al punto 3.
3.) Los misioneros son realmente muy especiales y santos.
Esta es probablemente una de las peores mentiras que creemos acerca de cualquier posición ministerial. Tal vez pienses: no creo que los misioneros sean más santos que yo” y sin embargo vale la pena decir que muy en el fondo hay un poco de temor en la idea de ser misionero porque no te sientes a la altura. ¿Por qué no estarías a la altura si todos estamos en el mismo plano ante Dios?
“Donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.” Col.3:11
¡El mismo espíritu que está en ti estaba en la Madre Teresa y en Pablo! Buenas noticias, no hay presión de ningún tipo. No tienes que igualar a nadie. Solo tienes que vivir para ti mismo. No tienes que llenar los zapatos de nadie. ¡Solo usa tus zapatos!
Elegir participar en misiones a largo plazo es una decisión muy importante. Saber que hay un llamado más profundo que simplemente ser misionero, que los milagros no suceden todos los días, y que los misioneros no son personas especiales, puede ayudarte a darte cuenta que tú lo puedes hacer.
Excelente reflexión, me ayudará mucho en mis clases misioneras. Amén. Que Dios los bendiga.