Por: Emily Armstrong
La vida internacional tiene sus altas y sus bajas, eso es seguro. Una interrogante que me ha fascinado por un tiempo es cuando la gente me pregunta si tengo miedo de vivir en otro país. Y esta semana han pasado algunas cosas que me provocaron a pensar más profundamente en ese tema, así que voy a escribir sobre ello.
Scott y yo teníamos 26 años cuando nos mudamos por primera vez al campo misionero, a la ciudad de Guatemala, para ser exactos. He dicho con frecuencia que Dios nos BENDIJO con un espíritu ingenuo y nos permitió pensar continuamente: “¡Tal vez así son las cosas en el campo misionero!” cada vez que pasaba algo que debía hacernos sentir ansiosos. Recuerdo cuando fuimos a un pueblo conocido por su festival de papalotes, estábamos ahí para verlos y experimentar un poco de la cultura guatemalteca. Lo que no sabíamos, era que cerca de 10 mil personas estaban EMPAQUETADAS en una de las calles principales de un pequeño pueblo, convirtiéndolo en un buen lugar para que la gente meta la mano en bolsillos ajenos sin que nadie lo note. Estuvimos ahí por cerca de una hora y durante ese tiempo nos robaron nuestra cámara (¡la sacaron de una mochila que yo cargaba al frente!) y Scott tenía una abertura en el bolsillo delantero de sus jeans, porque alguien trató de cortar su pantalón para que cayera su billetera. Estos eran PROFESIONALES. Y nosotros caminamos directo hacia ellos – ingenuamente. Por fortuna, la billetera permaneció en su lugar, y la cámara… bueno, lamentamos esa pérdida por un tiempo.
Adelantemos la película 16 años y todavía hay cosas a nuestro alrededor que podrían -algunos dirían que deberían- asustarnos. Como el correo electrónico que recibí ayer de la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo que se tituló: “Alerta, Alerta de seguridad” y que procedió a advertirme:
Alerta de seguridad – Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo, República Dominicana (7 de enero de 2020)
Ubicación: República Dominicana.
Evento: Mayores tensiones en Medio Oriente.
Existe una mayor tensión en el Medio Oriente que puede resultar en riesgos de seguridad para los ciudadanos estadounidenses en el extranjero.
La Embajada continuará revisando la situación de seguridad y proporcionará información adicional según sea necesario.
Acciones a tomar:
- Mantener un perfil bajo.
- Tenga cuidado de su entorno.
- Manténgase alerta en lugares frecuentados por turistas.
- Revise sus planes de seguridad personal.
- Tenga los documentos de viajes actualizados y fácilmente accesibles.
O como la llamada que recibimos ayer de nuestro líder Regional pidiéndole a Scott que viajara a Puerto Rico este fin de semana. Las islas del Caribe han estado hablando durante meses, si no es que años, sobre “El Grande” refiriéndose a un enorme terremoto que sucedería algún día a causa de las docenas de fallas que atraviesan las islas. Los grandes terremotos más recientes en Puerto Rico han aumentado las conversaciones, así como las publicaciones en nuestros periódicos con más recomendaciones sobre: «Qué hacer en caso de un terremoto».
Estas son solo algunas de las cosas que me hacen pensar sobre PORQUÉ mi familia sirve como misioneros internacionales para la Iglesia del Nazareno. Y la respuesta que obtengo es porque EL PREFECTO AMOR ECHA FUERA EL TEMOR. Juan no escribió esa frase en su primera carta a la Iglesia porque pensó que se vería bien en una impresión o bordada en una almohada. La escribió, porque lo creía. Juan, el mismo Juan que fue exiliado a la Isla de Patmos por predicar el evangelio, nos dice que el perfecto amor echa fuera el temor.
Mi espíritu está tranquilo y en paz, porque Dios me ha llamado a este trabajo que implica vivir, trabajar y servir internacionalmente, y confío que Él tiene el control. Lo amo con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas. Así que, cuando estos eventos suceden –y les puedo asegurar que seguirán ocurriendo- encuentro fortaleza amándole. Ciertamente Él echa fuera el temor. Mi familia y yo somos testimonios vivientes de ello.
Si te encuentras ansioso por la situación de mi familia, o por cualquier misionero viviendo en el extranjero, te pediré que ores por nosotros. Ora para que sigamos firmes en la fe. Ora para que amemos a Dios con todo nuestro ser y también que amemos a la gente alrededor nuestro. Ora para que tengamos el valor de llevar la luz a los lugares oscuros. El Señor escucha y responde estas oraciones y nosotros estaremos agradecidos de que te unas a nuestro ministerio de esta manera especial.
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