Oraciones que Cambiaron el Mundo: “Un Instrumento de tu Paz”

Por: Lemuel Sandoval

“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la fe.

Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga tu luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga el gozo.

Oh, Maestro, que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar,

ser comprendido, sino comprender,

ser amado, sino amar.

Porque es al dar como uno recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno encuentra,

es perdonando, como uno es perdonado,

es muriendo como se resucita a la vida eterna.”

Esta oración se suele atribuir a Francisco de Asis, un monje italiano que vivió hace unos 800 años, pero no se sabe con certeza si la escribió él o no, porque su primera aparición escrita fue en una revista francesa en 1912; incluso algunos dicen que es imposible que él la haya escrito.[1] No obstante, este mismo hecho enfatiza la universalidad de la oración. No solo es una oración que cualquiera puede hacer, sino que es una oración que llama a todo cristiano en todo el mundo a sumarse al llamado de Jesús a establecer la paz. Cuando Él dijo, “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5:9), no se refería a los que se abstienen de participar en los conflictos. Más bien, es un llamado a la iniciativa de la paz; otras versiones traducen bienaventurados los que “trabajan por la paz.”

Desde esta perspectiva, es interesante que esta oración se diera conocer y popularizara durante uno de los períodos más oscuros de la era contemporánea, en la Primera y Segunda Guerras Mundiales.[2] En esos días la paz mundial se vio quebrantada en muchos aspectos: conflictos bélicos, crisis económicas e incertidumbre, pero Dios contestó la oración de miles de hombres y mujeres que dijeron “Hazme un instrumento de tu paz.” Y no es que a partir de entonces ya no haya guerras, crisis, enfermedades o miles de otras problemáticas. Siempre las ha habido y siempre las habrá hasta que Jesús regrese a establecer definitivamente el Reino de Dios. Lo cierto es que cuando oramos al Señor para que haga de nuestras vidas instrumentos de paz, Él lo toma muy en serio. Vierte su Espíritu Santo en nuestros corazones y nos envía a trabajar por la paz en el mundo. Tú y yo, con nuestras imperfecciones y errores, nos volvemos instrumentos en las hábiles manos del Maestro Artesano para construir familias, iglesias, sociedades y naciones cimentadas en la paz, transformando así el mundo.


[1] Renoux, Christian. The Origin of the Peace Prayer of St. Francis. http://www.franciscan-archive.org/franciscana/peace.html

Thompson, Augustine (2012). Francis of Assisi: A New Biography

[2] Manning, Kathleen (2017) What do we know about St. Francis, the most popular saint? https://uscatholic.org/articles/201710/what-do-we-know-about-st-francis-americas-most-popular-saint/

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: