Un Amor Sisifeo

Por Scott Armstrong

Recientemente escuché a Sarah Thebarge (http://sarahthebarge.com/), autora de Las chicas invisibles, compartir la historia de su abrumador ministerio de ayuda médica en Togo, África. Ella lo compara con Sísifo.

Sisyphus.jpegEn la mitología griega, Sísifo era el rey de Éfira (conocido ahora como Corinto). Sísifo hizo enojar a los dioses con sus constantes engaños y artimañas, así que lo condenaron al castigo eterno. El castigo era que por el resto de la eternidad debía poner una enorme roca en su espalda y cargarla hasta la cima de una colina. Sin embargo, justo antes de llegar a la cima, la roca rodaba hacia abajo y él debía empezar de nuevo una y otra vez. La historia dio origen a una palabra: “sisifear” que quiere decir: “realizar una tarea que es completamente inútil, desesperada y fútil.”

Sarah sentía que no importaba qué tanto trabajara en aquel hospital en Togo donde servía, y cuanto se esforzara en buscar soluciones para sanar a la gente, las enfermedades se propagarían y la gente moriría. Y con cada cambio de turno tenía que regresar y continuar haciendo la misma labor una y otra vez.

Albert Camus.jpegAlbert Camus escribe un ensayo sobre Sísifo y argumenta que debemos pensar que él es el victimario y no la víctima. Camus cree que Sísifo es el héroe de la historia, y que aun debemos creer que era feliz.

¿Cómo es esto posible? ¿Cómo podría ser feliz Sísifo en medio de una situación inacabable de frustración y cansancio?

Debemos pensar que era feliz debido a una razón. Sísifo era feliz porque se enamoró de la roca.

Desde que Sísifo se enamoró de la roca, no le costaba cargarla sobre su espalda y llevarla colina arriba hacia la cima, y hacerlo todo de nuevo una y otra vez. Él amaba esa roca.

Eso nos recuerda a Jesús, el último Sísifo, en cierto sentido. Por amor bajó a la Tierra, puso el mundo sobre su espalda, nos amó tanto que nos cargó hasta la cima del Calvario y entonces, se recostó y murió por nosotros.

sisyphus_by_worksofheartEl famoso capítulo de amor termina con este verso: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor. 13:13). ¿Por qué es mayor el amor? Thebarge dice: “Si Sísifo hubiera tenido fe, habría estado esperando que Dios suspendiera las leyes de la naturaleza para que la roca no pesara más o no rodara colina abajo. Si Sísifo hubiera tenido esperanza, habría esperado un momento en el futuro en el cual su situación cambiaría y no sería tan difícil. Pero fue el amor lo que hizo que Sísifo pusiera la roca en su espalda e hiciera el trabajo duro aquí y ahora para llevar la roca a lo más alto.”

Las estadísticas mundiales son desalentadoras.

Las necesidades del mundo son insondables.

¡La roca es muy pesada!

¡La colina es muy alta!

¿Quiénes somos nosotros para hacer la diferencia?

Y en medio de la desesperanza y el cansancio, cuando estamos listos para darnos por vencidos, Cristo nos recuerda que Él ya llevó nuestras cargas hasta lo alto de la colina. Y lo hizo por amor.

Así que tenemos el privilegio de ser liberados de la carga, y a la vez voluntariamente, amorosa y felizmente llevarla con Él.

“La verdad es que Sísifo está enamorado de la roca. Ama cada aspereza y cada onza de ella. Le habla, le canta. Se ha convertido en el Misterioso Otro. Hasta sueña con ella cuando camina dormido hacia arriba. La vida es inimaginable sin ella, asomándose siempre sobre él como una luna gris.” –Stephen Mitchell

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron” (2 Cor. 5:14).

 

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